Vulpes

El mismo día que sus hermanos (batería, bajista y manager de M.C.D.) le regalaban una Frasmus blanca por su decimoquinto aniversario, Loles Vázquez sentía la necesidad de formar una banda punk. No tenía por qué ser de chicas, pero todo empezó, naturalmente, entre su grupo de amigas: Tere (batería), Susi (bajo) y su propia hermana Lupe Vázquez a la voz. El nombre, Vulpes, acertadamente rescatado de las clases de latín. Para encontrar local de ensayo ponen un escueto anuncio –“Cuatro chicas punk buscan local de ensayo”– en la revista Star, al que contestaron los 091 de Barakaldo. Durante un tiempo también ensayarían junto a M.C.D., hasta que en la primavera de 1981, ya con Estíbaliz Markiegui a la voz, Ruth (ex-N-634, la banda liderada por Kike Turmix) al bajo y Bernardo Vázquez (procedente de M.C.D y a la sazón en Crisis) a la batería se cambian de local al de Snoopy (futuros Médanos de Singapur).

Llegado el verano dan sus primeros conciertos en el I Certamen Para Grupos de Rock y Pop celebrado en la discoteca Tope de Bilbao, y en el salón de actos de la Universidad de Leioa junto con Mirotz. Debido a que Bernardo estaba absorbido cada vez más por Crisis, ponen un anuncio en el primer número de la revista Chivato buscando batería. Tras varios movimientos, al fin la formación encuentra estabilidad en 1982, con Loles a la guitarra, Lupe a la batería, Begoña Astigarraga al bajo y Mamen Rodrigo a la voz.

El repertorio estaba conformado por versiones de los Ramones, como “Commando” o “Suzy es una cabezota” (“Sheena is a punk-rocker”), “Es sólo un sueño” de Loquillo (versión a su vez del “Something else” de Eddie Cochran), y canciones propias entre las cuales desde bien pronto se encontraría “Me gusta ser una zorra” (si, bueno, es una versión del “I wanna be your dog” de los Stooges, pero un tanto personal). Comienzan a tocar por Euskadi con bandas como las ya nombradas, o los míticos Eskorbuto.

En octubre de ese mismo año Carlos Tena selecciona a cuatro grupos vascos (Lavabos Iturriaga, Vulpes, Los Santos y Motos) para hacer sendos clips en vistas a ser emitidos en su programa televisivo Caja de Ritmos. Como Vulpes aún no tenían maqueta de la que extraer el audio, se registran dos temas en los estudios Xoxoa, de entre los que se eligió la versión en castellano del “I wanna be your dog” de los Stooges, retitulada como “Me gusta ser una zorra”, uno de los temas preferidos de la formación. El vídeo se emitía el sábado 16 de abril de 1983 por la mañana. Entre tanto, el grupo había seguido haciendo conciertos y ya disponía de dos maquetas –“Maqueta” (1982) y “Euskadi ’82 (1982)- en cassette, y empezaba a coquetear con el sello Dos Rombos.

Sin embargo, diez días después de la emisión, el 1 de mayo, el ABC cargaba contra un aún imberbe PSOE publicando la letra íntegra de la canción en sus páginas centrales, junto a un editorial titulado “Ya Basta” al que siguió un aluvión de cartas al director. Desde ese momento, todo se salió de madre: el CESFA (Centro de Estudios para la Familia) protestó airadamente y la Comisión por una Televisión Digna exigió el cese inmediato de Carlos Tena y José Mª Calviño, presidente de TVE. El ABC no escatimó esfuerzos en avivar la llama, dedicando espacios de opinión al respecto a ilustres firmas de la talla de Camilo José Cela, Antonio Gala, Francisco Umbral o Rosa Montero.

Tendría que plantearme dejar este trabajo porque no se puede programar sin tener la libertad de introducir al menos tres minutos de marginalidad que se produce en este país”, declararía poco después un angustiado Carlos Tena. Y así sería, efectivamente. Ante la magnitud de los acontecimientos la mismísima Fiscalía General del Estado llegó al extremo de presentar una querella criminal por “ofender el pudor y las buenas costumbres” contra el programa, como consecuencia de la cual se vio obligado a dimitir en medio de un maremoto sin precedentes en toda la historia de la TVE. Además, Loles sería denunciada por escándalo público por ser autora de la letra y Mamen por intérprete de la canción, pasando tres años hasta el sobreseimiento del juicio.

Aprovechando el escándalo, Dos Rombos se apresura, ahora sí, a la consumación en forma de single“Me Gusta ser una Zorra / Inkisición” (Dos Rombos, 1983), no sin antes realizar una ligera modificación en el nombre de la formación, añadiendo una ese más al final, como si fuera necesario echar más leña al fuego. El sencillo salió a principios de junio, en una primera tirada de 7000 copias que se agotó rápidamente, y poco después lanza otras 5000, que también se agotarían, pese a lo marginal y rudimentario de su distribución (“De momento resulta difícil su localización, aunque si podemos decir que se han repartido unos ejemplares en Trapi, calle Almirante Gaztañeta”).

Sin embargo, como suele ocurrir en estos casos, el grupo se vio lastrado completamente por los mismos motivos que les habían aupado. Y si bien es cierto que todos los problemas que aquello les ocasionaría acabarían concluyendo con la disolución de la banda, no lo es menos que al mismo tiempo les alzó a la categoría de mito inmerecidamente.

Ya la gira de promoción del corto fue un tanto accidentada. En la sala Rock-Ola junto a La UVI los encargados de seguridad les dieron una samanta tras el escenario una vez concluido el concierto. Al ir a poner la denuncia en comisaría… al parecer allí estaban ellos. Eso de “Policía asesina” no les debió se sentar muy bien. En Benavente (Zamora) llegaron dos autobuses de la extrema derecha para boicotearles. En Mallorca se les retuvo el equipaje en el aeropuerto por una papelina de cocaína y la prensa publicó al día siguiente poco menos que eran traficantes. En Burgos un público conformado por militares las instaban a que hicieran honor a su nombre. En otras ocasiones, les metían en conciertos compartiendo cartel con bandas como Azul y Negro, Vídeo o Charol. Se llegó a anunciar un concierto con Barón Rojo en la Plaza de Toros de Bilbao para el 1 de julio de 1983, pero no llegó a celebrarse. Al parecer la policía judicial cerró las taquillas el mismo día al comprobar que dos horas antes de que Vulpes salieran a tocar solo se habían vendido 83 entradas legales. Estuvieron también a punto de actuar en la cárcel de Basauri en un festival organizado por la Organización de Presos el 25 de agosto de 1983. Finalmente no tocaron ya que las autoridades carcelarias lo consideraron peligroso por temor a la reacción de los presos, vistas las dimensiones del escándalo.

Lo cierto es que ni siquiera pudieron sacar tajada de aquel revuelo. Cuando se separaron estaban sin local y sin dinero. Lupe se mudó a Barcelona con su novio, que tocaba en Decibelios, y tocó en Los Canallas. Begoña, Loles y Mamen, por su parte, colaboraron con multitud de bandas en diferentes proyectos.

En verano de 1985 se reunirían de nuevo para tocar en Bilbao en varios conciertos organizados con el objetivo de recaudar dinero para sacar la sala Garage adelante, junto a Kortatu y M.C.D., entre otras bandas.

Veinte años después de su separación, se reunieron en un concierto homenaje a Guadalupe Vázquez, batería de la formación clásica, fallecida en 1993. El concierto tuvo lugar en el barrio bilbaíno de Rekaldeberri y a raíz del mismo el grupo actúa otra cuantas veces, teniendo la oportunidad de grabar un disco de despedida con el sello Ohiuka, “Me Gusta Ser” (Ohiuka, 2005). (Texto de la Fonoteca)

Vulpes,​ fue un grupo español femenino de punk rock formado durante el verano de 1982 en el barrio de Irala, en Bilbao.

Se hizo famoso a partir del 23 de abril de 1983 tras una entrevista emitida en el programa de TVE Caja de ritmos, dirigido por Carlos Tena, que servía de escaparate de la actualidad musical del momento y se emitía en horario infantil. En el programa interpretaron la canción «Me gusta ser una zorra».

Después de la polémica se disolvió, con el único y ya mencionado sencillo en su haber.

En 2005 sus componentes se reunieron para grabar el álbum Me gusta ser. Un año después, una vez editado, volvieron a separarse.

En 2012 se publicó el álbum en directo Barbarela 83.

La emisión de su canción «Me gusta ser una zorra» en el programa de televisión Caja de Ritmos provocó un escándalo considerable, al que contribuyó no poco la publicación de la letra, quince días después, en un editorial del diario nacional más antiguo del país, ABC. Desde este diario se exigió a la dirección de televisión que tomara medidas. También el Partido Demócrata Popular protestó ante la emisión del vídeo e incluso el fiscal general del Estado presentó una querella por escándalo público. Al final se produjo la dimisión del director del programa, Carlos Tena, y el cierre de Caja de ritmos.

La letra de la polémica canción empezaba así:

Si tú me vienes hablando de amor,

qué dura es la vida,

cual caballo te guía.

Permíteme que te dé mi opinión:

¡Mira, imbécil, que te den por culo

!Me gusta ser una zorra.

La canción es una versión hecha con la música del tema «I wanna be your dog» de Iggy Pop y The Stooges, que había sido versionado el año anterior, 1982, por el grupo español Parálisis Permanente, «Quiero ser tu perro». También el grupo de punk peruano Narcosis tiene una versión de la canción en su álbum Primera dosis de 1985. El grupo de Villarreal El Último Ke Zierre también tiene una versión de esta canción llamada «Yo podría ser tu perro». En 2009 el grupo de punk rock méxico-español Los Acá sacan en su disco La rebelión de las faldas una nueva versión libre de «Me gusta ser una zorra», reescrita por José Riaza, cantante y guitarrista del grupo. (Texto de Wikipedia)

Madriles

Madriles representa el viejo Bilbao sietecallero, de los Txikiteros, la gente currante del Mercado a las mañanas desayunando por los bares del Caso Viejo, la nueva gente estudiante revolucionaria y contestataria, hasta la llegada también del Rock&Roll a Barrenkale, toda esa gente que se fue acercando sobre los años 60/70 hasta el 83 donde Madriles fallecería por las inundaciones; unos dicen que en un portal, otros que en un bar donde tenía refugio cerca de uno de los cantones de Barrenkale, otras fuentes dicen que fue en Txomin Barullo. La verdad que Madriles siempre fue un misterio hasta su muerte. Nadie sabía de donde era, ni siquiera como se llamaba realmente; Unos decían que era un sobrino de Pablo Iglesias el socialista, otros que fue un diputado en Madrid, también que era un millonario excéntrico que le gustaba vivir de vagabundo, etc.

La verdad que era un personaje único, querido, todo el mundo le invitaba a algún vino siempre o un pintxo, y la gente del Mercado de la Ribera le regalaban siempre artículos alimenticios. El vivía de la recogida de cartones que apilaba ordenadamente en un carrito y también según me han contado algunos ex-comerciantes te hacia algún recado. Nunca hablaba de su vida y entrar en ella era muy difícil, sus respuestas eran filosóficas, cargadas de vino, lo etílico era parte de su sangre. A veces le gastaban bromas y se cabreaba esgrimiendo una navaja roñosa en la mano y jurando en Arameo o algo similar. Según me contaba mi amigo Manolo que trabajó en el Lasai y el Akatz de Barrenkale de la calle Ronda, en el bar de la Zornozana a veces le escondían el vino y éste volvía a sacar su mala leche y su navaja. Pero en el fondo las cuadrillas de Txikiteros y de jóvenes le trataban bien, era querido por todo el mundo. Muchas veces las cuadrillas le llevaban de poteo a las noches y luego lo dejaban cuando el cuerpo ni el brazo no podía más levantar aquellos vasos de culo gordo donde bebíamos entonces. Muchas veces en el Modesto le invite a unas morcillitas, chorizo o bokatas que había en la barra. La “maci”, mi jefa, hacia lo mismo también ¿Madriles has cenado? -No decía él- Pues venga siéntate a la mesita del fondo y allí le sacábamos algún condumio y un vinito. La carretilla incluso la metíamos al fondo del bar cerca de la puerta de madera del water si es que estaba vacía, que con cartones no cabía. Y así se fue perfilando la vida y el tiempo de aquel casco sietecallero, alegre, Txirene y combativo.

Mas tarde la desgracia hizo su presencia con aquellas inundaciones que se llevaron a Madriles, al viejo Bilbao y el espíritu Bohemio de todo un barrio que hoy en día no se parece en nada ni tiene más atractivo que los pintxos para turistas, especulación de pisos para uso turístico y tiendas de txitxinabo, sin fuste, donde ya no acuden como antes los parroquianos y los provincianos de los pueblos de alrededores como antaño, ahora los bazares chinos, las tiendas de franquicia (corporaciones e inversionistas) con o sin marca, nos invaden las calles ¿Dónde están los verdaderos comerciantes ahora?

También en la hostelería en su mayoría son inversionistas los que los montan, el concepto del viejo hostelero que a veces era como tu psiquiatra al que contabas cosas prácticamente está desapareciendo, ahora se trata de ir estresado todo el rato a servir al cliente, los/as camareros/as son antipáticos/as y a veces hasta sinsorgos. También los pintxos clásicos de los de siempre cada vez abundan menos, son cambiados por pintxos de «diseño» que a veces no sabes ni a lo que saben, y no digo de algunos lugares donde el pintxo es un canapé con mayonesa y te lo cobran como si fuera oro. En otros bares con adornos insípidos asemejándose al artista de pacotilla de turno con recipientes presenciales absurdos,

Con Madriles desaparece el Bilbao «anarquista» libertario, rebelde, alegre y combativo, trabajador, solidario, por otro Bilbao de postal, soso y aburrido si vives todos los días en él. Sólo hay que ver las calles semidesiertas entre semana y las masas que vienen de los pueblos de alrededor los fines de semana a ponerse hasta las patas de todo y eso añadido a que la calle ya no es tan segura por mucho que nos quieran contar las autoridades. Para comprobarlo intenta ir solo o sola andando desde el Casco Viejo hasta indautxu por la Gran Vía y desviarte en Gregorio de la Revilla o las calles adyacentes, o desde Deusto a Indautxu cruzando el parque y ya no te digo por los alrededores del Casco. Vete a pasear de noche por toda la orilla de la ría, por el Guggenheim, intenta cruzar el puente de Rekalde desde la Casilla hasta éste ilustre y combativo barrio que fue machacado por el azkunismo cuando el asunto del Gaztetxe de Kukutxa. etc.

Como decía, Madriles fue el último vagabundo txirene que se bebió la esencia y el espíritu de la ciudad y prácticamente todos los pellejos de cerdo rellenos de vino de los bares de las Siete Calles. Maritxu, última dueña del Bar Akatz, me contaba el otro día que ellos en el bar tenían colgado un cuadro de Madriles y que éste se caía muchas veces al suelo del sitio donde estaba colgado llevándose por delante siempre alguna botella de vino ¿Otro misterio? De los bohemios vivos que aún nos quedan en la «calle» tenemos a nuestro Pascual Bolongua alias “El Pottolo” Rey Mago de cabalgata y cantante músico callejero, pero Pascual es como el turista inglés que se enamoró de una bilbainita y se nos quedó a vivir aquí y además es negro como dice él, para romper moldes. (Texto de Gotzon Monasterio 25/03/2018)

Calendario de bolsillo con la imagen de «Madriles» editado por la Filatelia UNAMUNO del Casco Viejo

Reportaje en recuerdo de «Madriles», publicado en un suplemento especial de «El Correo» a los 25 años de las inundaciones.

Juan Carlos Eguillor

La historia de Eguillor es la historia de un bilbaino que no nació en Bilbao pero que sin Bilbao no se entiende su historia como tampoco hitos claves de la historia reciente de Bilbao.

Hablamos de Juan Carlos Eguillor Uribarri (Donostia-San Sebastián, 1947- Madrid, 2011), bilbaíno de adopción, pero también donostiarra y malasañero. Todo un referente cultural de la ilustración (Premio Nacional de Ilustración Infantil) y el cómic de este país.

La cultura vasca era un referente inmediato en su trabajo como ilustrador, el Pop Art una influencia evidente, el Expresionismo y el arte de las Vanguardias Rusas también formaban parte de su día a día, sin dejar de lado las nuevas tecnologías. De hecho, en los últimos años de su vida estaba sumergido en la pecera de Second Life y obsesionado con crearse un mundo propio”, nos comenta el diseñador e ilustrador Íñigo Cobeaga, sobrino de Juan Carlos y hermano de Borja, el cineasta.

Las posibilidades de las nuevas tecnologías y su aplicación a la expresión gráfica y audiovisual fue algo que interesó mucho a Eguillor. Ya en los 80 realizó vídeos experimentales como “Bilbao la Muerte” (1982), “De Imaginarium” (1985), “Menina” (1986) o “Poeta en Nueva York” (1987). Tal vez, una forma de expandir su desbordante creatividad más allá del papel.

Su mirada tierna, escéptica y cruel, tal y como define Borja la actitud de su tío frente a la realidad, nos dejó maravillosos recortables de Massiel o Miguel Bosé en el semanario infantil “Pequeño País”, pero también ilustraciones, tiras cómicas, cuentos (“La ciudad de la lluvia”, publicado en 1984, fue seleccionada como una de las 100 mejores obras de la literatura infantil española del siglo XX), portadas de libros y discos, escenografías, guiones, vídeos, animaciones con ordenador, cabeceras y entradillas de programas televisivos (Gurruchaga fue uno de los afortunados), considerados hoy fetiches de coleccionistas.

Son pequeñas joyas de “humor como venganza a la realidad” (tal y como las describía el propio Eguillor) que no son difíciles de conseguir o encontrar, dado su prolífico carácter. Un sinfín de trabajos que incluye nombres como Bernardo Atxaga, Lolo Rico Iván Zulueta y Carmen Martín Gaite, y referencias como Cocteau, Resnais, De Pellaert, Fellini o los hermanos Marx.

Pero el líquido primigenio fue el cómic. “El interés por el cómic, como medio de expresión y comunicación, se despertó en Eguillor tras la lectura del libro de Luis Gasca, ‘Tebeo y cultura de masas’ (1966). Pionero en la difusión del valor cultural del cómic en España, Gasca posibilitó el acceso de Eguillor al diario El Correo Español-El Pueblo Vasco para la publicación, en tiras semanales, de las aventuras de Mari-Aguirre, entre 1968 y 1969”.

Y con la disparatada y erótica Mari-Aguirre también vinieron Tartarela y sus bizarros encuentros con Gracita Morales o Drácula, la sádica Tundra de Tatundra; el poeta de la era atómica, Guy de Atocha y Txangurro Marx (marxismo, facción Groucho), entre muchos otros personajes cuyas historietas dejaban entrever un atisbo de crítica y compromiso social.

Eguillor, sin duda, marcó su impronta en medios como “Triunfo”, “Egin”, “Diario 16”, “El País” y “Euskadi Sioux”, pero sobre todo en la historia del cómic en España. (Texto de Inma Flor en Yorokobu)

Sus principales personajes

Miss Martiartu

Mari Aguirre

La abuelita

Max Bilbao

El hombre del paraguas
Potolos

Sus huellas en la Villa

Cartel

Eguillor fue el autor del cartel de la primera Aste Nagusia del año 1978 que supuso el inicio de una forma de concebir las fiestas que rompían con lo que había hasta ese momento.

El Ayuntamiento decidió en el año 2016 inmortalizar el cartel con un mural de cerámica realizado por Jose Sainz de Ocariz ‘Jota’, situado en la fachada de la antigua Laboral Kutxa, hoy Hotel NYX, en la confluencia entre la calle Correo y El Arenal, que reproduce el primer cartel de Aste Nagusia de 1978.

Mural

Por iniciativa del Ayuntamiento, en el año 2018, se coloca este mural con el título «El Bilbao de Eguillor» obra de José Ibarrola en una de las entradas de la Plaza Nueva (la de la calle Correo)

Pañuelo de fiestas

El lapicero de Eguillor puso un toque surrealista al escudo de Bilbao, cubriéndolo con boina y poniéndole piernas, y el pañuelo de fiestas, de color azul Bilbao, estuvo listo para la cita de agosto. En 2012, 34 años más tarde Bilboko Konpartsak rescata el pañuelo original, y reconvierte el diseño del escudo con boina en pin y en cabeza de la cuadrilla de cabezudos que animará los pasacalles de las fiestas de Bilbao.

Escudo

También se ha realizado un Cabezudo con este escudo tan peculiar

Cabezudo

o el pin

Pin

Premio Internacional de Poesía Visual

El Premio Internacional de Poesía Visual Juan Carlos Eguillor, instituido por la Asociación de Escritores de Euskadi /Euskadiko Idazleen Elkartea, reconoce el trabajo de poetas, diseñadores, fotógrafos, pintores y artistas relacionados con la poesía y la imagen.

Lo que nació como un proyecto ilusionante de un grupo de poetas vascos, se está convirtiendo en un ambicioso movimiento colectivo que a través de metáforas, belleza e ingenio, hace visibles realidades y sueños escondidos.

La agudeza de su mirada, la ironía con la que enfocan su entorno y la sensibilidad de sus propuestas, evidencian las contradicciones de la sociedad moderna e invitan al espectador a la reflexión o a la sonrisa.

La poesía visual nos hace más libres, más rebeldes y más lúcidos. Por ello les invitamos a que disfruten de esta muestra, que es un placer para los ojos y el alma. (María Eugenia Salaverri Presidenta de la Asociación de Escritores de Euskadi)

Joseba Solozabal

Poco ha debido de cambiar la mirada de Joseba Solozabal desde que de niño soñaba, en su Deusto natal, con ser periodista. Desde entonces siempre tuvo claro que su prioridad era la de ser feliz y no famoso, por eso siguió el camino de la coherencia, coherencia con unos valores e ideales, los suyos. ¡Qué difícil en estos tiempos! Ahí radica el éxito de este comunicador nato, quien es cronista oficial de Bilbao, en la autenticidad que desprende. Porque más allá de su frivolidad, bendita frivolidad que todo lo relativiza y endulza, Joseba es un devorador de información, consciente que estar al cabo de la calle es fundamental para tener una opinión formada y un criterio que le avala como profesional. Un periodista que decidió quedarse en Bilbao porque ama lo que hace y ama su ciudad, más txirene que Don Diego, al quien deja de piedra con sus modelos y peinados. Y es que Joseba es libre, dentro y fuera del plató, lo que alguna vez le ha costado meterse en jardines, más frondosos que los de Albia. Pero a él le da igual, es parte de su naturaleza, de esa que le hace implicarse en diferentes causas, si las cree de justicia defender. 

Encumbrado en el star-system botxero, décadas de enorme trabajo le avalan, desde la radio donde comenzó y que nunca dejó de lado hasta una tele, Telebilbao, que le otorgó la popularidad total. Allí le podemos encontrar cada noche, desde los años 90, en prime time, cogiendo el pulso a la actualidad y haciendo ciudad, ¡qué labor tan importante en esta época de globalización! 

Siempre apoyando a los comerciantes, a los artistas, a la cultura, a todos los sectores de la Villa, dejando siempre un micro y una cámara abierta para que cada ciudadano y ciudadana que quiera contar su historia lo haga de una manera libre. Para hacer ciudad en definitiva porque el siempre lo ha tenido claro, Bilbao es una gran ciudad, no una ciudad mas de provincias. Y lo es gracias a personajes como él, independientes, libres, transgresores, aperturistas y respetuosos.

Sus seguidores conforman un colectivo multicolor y transversal que va desde las señoras de cierta edad, que le aman, hasta los más jóvenes, no hay edad, clase social y target que se le resista. Seguramente porque ha conseguido hacer valer aquello de que la calle no se calla.

Él ha entrevistado a todo el mundo, desde lehendakaris a futbolistas, desde Ana Obregón a Raphael. Y luego, es lo que tiene, le piden su teléfono porque quieren ser su amigo. En agosto pulveriza el share de pantalla con su programa de fiestas de Bilbao. Y sus llamadas en directo son pura antología de la televisión. (Texto de David Sáenz en su blog «La Ruta»)

Pocos bilbainos pueden decir que han sido reconocidos con ser «Farolín» en los Carnavales del año 2004 y «Pregonero» en la Aste Nagusia del año 2009. «Tomatero de Honor» otorgado por la Agrupación Comercial y Empresarial Deusto Bizirik en el año 2010. En el año 2015 la Konpartsa Moskotarrak le galardonó con su «Gigante de Bilbao«. En el 2017 recibe el Premio de la Asociación de Profesionales de Radio y Televisión de Euskadi.  «Personaje solidario» otorgado por Lions Club Bilbao en el año 2020.

Tiene un programa en Radio Nervión «Vaya Domingo» pero su programa fetiche y el que le ha dado la fama de bilbaino txirene es «La Kapital» en Telebilbao por donde pasan todos los políticos de la villa, los artistas que nos visitan y todos cuantos tienen algo que decir en la villa.

Ángela Figuera

Ángela Figuera Aymerich nació, en 1902, en Bilbao, el seno de una familia acomodada bilbaína que no aceptó de buen grado que estudiara Filosofía y Letras en Madrid. Después de licenciarse obtuvo plaza en un instituto de Huelva, donde le sorprendió el estallido de la Guerra Civil. Tras la derrota del bando republicano, al que apoyaron tanto ella como su marido, Figuera se trasladó a Soria donde inicia la publicación de su obra literaria en 1948. Desarrolla, por tanto, su labor creativa durante las décadas de la dictadura con más férrea censura.

En 1948, animada por su marido, llevó a imprenta el que fue su primer libro, Mujer de barro, al año siguiente publicaba Soria pura, un homenaje a la melancólica ciudad castellana. Durante los años de la posguerra, Ángela Figuera descubrió la miseria extrema, el hambre, la desolación en que los vencedores habían sumido a los vencidos. Su poesía empezó a tornarse amarga, descreída, urgente. Publicó Vencida por el ángel y, poco después, vieron la luz El grito inútil (1952), Los días duros (1953) y Vísperas de la vida (1953). Belleza cruel, publicado en México en 1958, fue su libro más conocido y apreciado, pero Toco la tierra (1962), dejaba traslucir un cierto cansancio que fue detectado por la crítica. En adelante, tan sólo publicaría algunos poemas sueltos y el libro de relatos Cuentos tontos para niños listos (1980). Tras su muerte, en 1984, después de una larga enfermedad, llegó a las librerías la que fue su última obra, Canciones para todo el año.

Sus huellas en la villa

Placa en su casa natal

Juan de Ajuriaguerra 13

Calle

Premio de Poesía

A partir del año 2021, el Premio de Poesía que otorga el Ayuntamiento, y que hasta ese año era el Premio Blas de Otero, pasa a denominarse Premio de Poesía Blas de Otero/Ángela Figuera

Día conmemorativo

En 2008 el Ayuntamiento institucionalizó un día anual de Ángela Figuera para contribuir a dar a conocer su vida y obra poética, desconocida para el gran público. El Ayuntamiento de Bilbao quiere de esta forma reconocer y recordar a una de las principales poetas vascas, perteneciente al grupo de poetas de la posguerra, la llamada generación del 36, muy marcada por la Guerra Civil y la posterior Guerra Mundial. A la vez, visibiliza a esta bilbaina que, como muchas mujeres de su época, por razones de género quedó relegada dentro su grupo poético al que pertenecía y del cual formaban parte autores vascos como Blas de Otero o Gabriel Celaya.

Juan Crisóstomo Arriaga

Juan Crisóstomo Arriaga (Bilbao, 27 de enero de 1806 – París, 17 de enero de 1826) nació en el seno de una familia con antecedentes musicales, pues ya su abuelo materno, Miguel Balzola, había sido organista y constructor de pianos. También su padre, Juan Simón de Arriaga, tocó el órgano en Berriatua (Bizkaia), antes de ejercer como maestro “de primeras letras” en Gernika. Esta labor pedagógica fue premiada por la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País en 1792 y 1793, muestra inequívoca de su afinidad con el proyecto de la Ilustración. En 1804 Juan Simón se trasladó a Bilbao para ocupar un puesto de escribano, y allí prosperaría también como comerciante y armador. Al parecer, otro hijo suyo, Ramón Prudencio, fue igualmente hábil guitarrista y violinista.

Se desconocen los pormenores de la formación temprana de Juan Crisóstomo, criado entre las calles Somera y Ronda del Casco Viejo. Además de la previsible influencia paterna, se le supone alumno de Fausto Sanz, violinista en la basílica de Santiago. Según todos los indicios, su talento musical debió de destacar desde muy corta edad en salones y reuniones filarmónicas locales. Con once años compuso un terceto conocido como Nada y mucho (reconvertido en octeto un siglo más tarde), antes de firmar como “opus 1” su Obertura para noneto, de 1818. Un año más tarde trabajó en Los esclavos felices (1819), ópera semiseria sobre texto de Francisco Comella, de la que sólo su obertura se conserva completa. Durante esta etapa escribió también algunos himnos y marchas patrióticas de corte liberal junto a piezas instrumentales para cuerda o piano, así como un Stabat Mater (c. 1821), posiblemente destinado a la capilla musical bilbaína.

Animado por los elogios de personalidades como José Sobejano, maestro de capilla en Bilbao, el tenor Manuel García y el violinista Francesco Maria Vaccari, se trasladó a París en 1821. Allí cursaría estudios oficiales de Armonía y Contrapunto con François-Joseph Fétis, y de violín con Pierre Baillot. En 1823, tras obtener el 2º Premio en el concurso anual de Contrapunto y Fuga del Conservatorio, fue nombrado asistente en las clases de Fétis. Un año después, el editor Ph. Petit publicó sus tres Cuartetos de cuerda, sumamente apreciados por su maestro. Su producción fue ensanchándose con la elaboración de una Sinfonía “para gran orquesta”, nuevas obras religiosas (su desaparecida Fuga a 8 sobre una frase del Credo fue calificada, al parecer, de “obra maestra” por el director del Conservatorio, Luigi Cherubini), y varias cantatas y arias profanas. En París también revisó algunas de sus creaciones bilbaínas y entabló amistad con el pianista riojano Pedro Albéniz. En medio de tan intensa actividad, Arriaga murió de una afección pulmonar, pocos días antes de cumplir veinte años. Con ello no sólo quedó truncada la carrera del más prodigioso y precoz talento musical vasco, cuando ya apuntaba maneras de madurez romántica, sino también la propia recepción temprana de su obra, tanto en Francia como en España.

La publicación de una elogiosa reseña en la Biographie universelle des musiciens et biographie générale de la Musique de Fétis (1834, reeditada en 1860), supuso el primer paso para rescatar del olvido su figura. Según este autor de referencia, su malogrado discípulo poseía “el don de la invención y la más completa aptitud para todas las dificultades de la ciencia [musical]”, siendo “imposible imaginar nada más original, más elegante ni escrito con mayor pureza” que sus cuartetos. Desde las últimas décadas del siglo, su sobrino-nieto Emiliano de Arriaga abanderó los esfuerzos por recuperar su legado, hasta convertir al músico en verdadero icono y mito de su villa natal; con apoyo, entre otros, del editor Louis Dotesio y de la Sociedad de Cuartetos de Bilbao, creada en 1884. En aquella época (1886) acuñó Emilio Arrieta el repetido apelativo de “Mozart español” para evocar su genio creativo. Este movimiento condujo a la institución de una “Comisión Permanente” (1887) que velase por reivindicar y divulgar su producción. Tras la celebración del centenario de su nacimiento, en 1906, se encomendó al artista Francisco Durrio la ejecución de un monumento público en su memoria, que no sería inaugurado hasta 1933. Tanto el conservatorio de música como el primer teatro bilbaínos ostentan aún hoy el nombre del autor. (Texto de Mario Lerena en Bilbaopedia)

La huella del compositor en la villa es amplia

Teatro Arriaga

Le debe su nombre al compositor bilbaino. Inaugurado el 31 de mayo de 1890 con el nombre de Nuevo Teatro de Bilbao, pronto fue popularmente conocido como Teatro Arriaga, tomando el nombre de la plaza realizada en honor del compositor bilbaíno Juan Crisóstomo de Arriaga, en la que se asentaba. 

Busto

En el interior del Teatro Arriaga

Justo al coronar el primer tramo de la escalera del teatro. Es obra de Tomás Fiat. Hasta el llegaron las aguas en las inundaciones de 1983.

Escultura

La escultura homenaje a Juan Crisóstomo Arriaga está ubicada junto al Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Todo comenzó en el año 1905, año en el que ayuntamiento de Bilbao, y con motivo de la celebración del centenario del nacimiento de Juan Crisóstomo de Arriaga, llegó al acuerdo de realizar una escultura homenaje al compositor. El concurso fue ganado por el escultor bilbaíno Francisco Durrio (1868-1940) quien no finalizó la obra hasta 1932. La espera culminó con la instalación de la escultura junto al Museo de Bellas Artes, descartándose la idea inicial de ubicarla en El Arenal. (Texto de Ana Prado en Bilbaopedia)

F. Durrio representa en bronce a Melpóneme, la musa de la música, abrazando con fuerza una lira entre sus brazos, y mirando al cielo en un gesto de dolor por el fallecimiento del joven músico. La estatua de la musa se eleva sobre una base de granito adornada con numerosos símbolos orientales. Esta base fue realizada por Valentín Dueñas, discípulo de Durrio. La obra, llena de dramatismo y belleza, fue enseguida sometida a una campaña de críticas por la desnudez de la figura y desmantelada en el año 1948. En 1975 se instaló de nuevo junto al Museo, restaurándose en 1999.

Conservatorio

El nombre de Juan Crisóstomo de Arriaga, que se incorpora al Conservatorio en 1956

Placa

Somera 12

Lugar de nacimiento de artista

Concurso de Guitarra «Juan Crisóstomo Arriaga»

Andrés Isasi Linares

Andrés Isasi y Linares, Marqués de Baranbio, título que heredo de su abuelo, aunque el siempre rehusó dicho tratamiento. Nació en Bilbao en 1891, huérfano desde muy pequeño, se crio junto a su abuelo Andrés Isasi Zulueta, financiero bilbaino, estudio música y piano con Miguel Unceta en Bilbao, manifestando muy pronto sus aptitudes como pianista y compositor.

En 1909, habiendo finalizado el Bachillerato, viajó a Berlín para perfeccionar sus estudios de composición y piano, donde estudio composición con Engelbert Humperdinck, y piano con Karl Kämpf. Isasi se adapta con éxito a la cultura y el ambiente germanos, que marcarán su trayectoria posterior.

Fue uno de los discípulos predilectos de Humperdinck, siguió las pautas de la escuela centro europea, aunque en algunas ocasiones utilizo elementos folkloristas.

En su producción, que incluye piezas para piano y lieder, que incluyen un concierto para piano y orquesta, dos sinfonías, cinco cuartetos de cuerda, el poema sinfónico Amor dormido y la obra vocal Ángelus (con la que obtuvo un clamoroso éxito en Budapest en 1930).

En 1914, a su regreso de Alemania, Isasi se instaló en Algorta, donde permaneció desde entonces dedicado de lleno a la composición. Casado desde 1916 con Inés Olascoaga Amann, con la que tuvo cuatro hijos, falleció en Algorta en 1940. (Texto de Memorias de Getxo)

Las huellas del personaje en la villa:

Placa

Viuda de Epalza 2

Calle

En Getxo se le reconocieron sus méritos dedicándole una calle en Algorta, así como la Escuela de Música Andrés Isasi, sitúa en lo que antes era La Casa Social de Las Arenas.

Sus restos reposan el el Panteón de la Familia Linares en el cementerio de Derio.

El festival bilbaino ZINEBI le dedicó un documental a su figura

Y se han publicado libros sobre su figura

Genaro Pildian Urraza

Genaro Pilain Urraza nace en Arakaldo, en uno de los caseríos que salpican uno de los municipios más pequeños de Vizcaya, poco más de un kilómetro cuadrado, en el año 1931 y su historia va unida como un solo ser a la historia del Restaurante Guria.

En Arakaldo la familia tenía una taberna pero, a mediados de los cuarenta, dejaron la taberna que habían regentado desde 1922 y se marcharon a Bilbao, en cuyo casco viejo, calle Barrenkale Barrena, abrieron en 1948 otro local, el Guría, famoso desde el principio por los guisos de Isabel Urraza, la madre de Genaro Pildain. Aquella tasca de la calle de Barrenkale Barrena se convirtió pronto en la catedral de la gastronomía bilbaína a la que peregrinaban los aficionados a una cocina tradicional, basada en los bacalaos al pil-pil, a la vizcaína y club ranero, los chipirones o la merluza en salsa verde.

Cuando Genaro toma las riendas, lo hace hasta el año 1983, año de las inundaciones y consigue afianzar el prestigio del local tanto a nivel local como nacional. El Guria era también conocido como La Escombrera, el Castellana Hilton o el Palace «por la calidad, la forma o el ambiente que había»

El establecimiento abrió sus puertas en 1948 como Restaurante Guria. Se tomaron para su decoración elementos de la catedral de Bayona, como las mensulas y vigas de madera; un confesionario, rejas y un fresco de Marrique al buen comer y al buen beber; ventanas de piedra de la catedral y mural del exterior de madera (fachada catalogada) que aún se pueden observar en el establecimiento. En 1968 complementó su actividad de restaurante con la de sala de baile y modificó su nombre al de Guria Kabi

Guria entró en la primera división de la alta cocina en 1978, año en el que la guía francesa le premió con un distintivo neumático que ostentaron hasta 1989.

Con Juan Mari Arzak y Patxi Bericua, puso en marcha el proyecto de la Taberna del Alabardero en 1974 en Madrid, una iniciativa del sacerdote Luis Lezama para ofrecer un oficio a jóvenes sin recursos, que hoy se ha convertido en un pequeño emporio hostelero, con ramificaciones en Sevilla, Marbella y hasta Washington.

Además, Genaro Pildain recibió en 1965 la medalla al Mérito Turístico y en 1979, el Trofeo Internacional de Turismo y Hostelería. Fue galardonado con el Premio Nacional de Gastronomía en 1981 y con el premio al mejor cocinero, Gorro de Plata, por la Consejería de Cultura del Gobierno Vasco en 1994

A partir de 1983 se trasladan al nuevo local de la Gran Vía 66 donde ha permanecido hasta su cierre.

Si algo ha dado pedigrí al Guria y a Genaro ha sido el bacalao, materia en la que fue un referente a nivel nacional. «Hacía siempre la misma cocina, muy tradicional, pero muy bien hecha. Era de lujo».

Genaro falleció en el año 2004 tomando las riendas Iñaki Rodrigo y su esposa Janire Pildain, hija de Genaro, aunque ya lo venían haciendo desde hace unos años.

Hasta el año 2018 en el que cierran sus puertas de forma definitiva.

Urbano Ruíz Laorden

Urbano Ruíz Laorden fue un bilbaino de adopción y muy txirene. Músico de vocación y de profesión, estuvo muy ligado a la música de la villa destacando su etapa como director de la Banda Municipal de Música de Bilbao en la década del año 1969 la año 1979

Muy implicado y participativo en la sociedad bilbaína y en cuantos festejos se producían.

Fue Farolín en los Carnavales del año 1986 y miembro de la Compañía de Gargantúa

K Tono Frade hijo cuenta estas anécdotas de Urbano: «Y es que Urbano estaba en todas, no había acontecimiento botxero en el que no estuviera metido de lleno. Aún le recuerdo cuando en plenos Carnavales se disfrazó de chino y como hablaba en una jerga ininteligible para todos (si no era mandarín, era algo muy parecido) no hubo poder humano de reconocerle, y así de esta guisa se pasó toda la semana carnavalera cachondeándose de todo kiski con esa gracia txirene de la que hacía gala permanentemente. Como cuando dirigía su querida Banda Municipal en la plaza de toros de Vista Alegre (la banda que mejor ejecuta los pianos del planeta) y el público del tendido 6 le espetaba para “tocarle las narices”: “Urbano, déjate de pasodobles y toca una jota”. “Sí una ‘Jota’ con ‘Be’ y con mucho hielo, para que te la bebas”, contestaba mientras seguía dirigiendo puro en ristre mirando al tendido. Nuestro “Farolín” tenía salidas para todo»

Del año 1996 al 2003, se celebró el URBANO EGUNA, establecido en el primer domingo de las fiestas de la Aste Nagusia, con la presencia anual de un director invitado y con el doble objetivo de refrendar el carácter popular de la Banda Municipal de Música y defender la conservación del Kiosko de El Arenal como su templete permanente.

Una acertada iniciativa de la FUNDACIÓN URBANO, que acabó arrinconándose por las flaquezas del alma humana, y cuya recuperación convendría replantearse.

La villa le dedicó una placa homenaje en su querido Kiosko del Arenal

Tiene una calle en su pueblo natal, Sestao, y se ha escrito un libro homenaje sobre su figura de Patxi García

Falleció en Bilbao en noviembre de 1995 y de su funeral en la Basílica de Begoña dijo K Toño: «Creo yo que la Amatxu de Begoña no ha conocido en su Basílica manifestación de duelo igual»

Orquesta Sinfónica de Acordeones de Bilbao

La historia de la Orquesta Sinfónica de Acordeones de Bilbao / Bilboko Akordeoi Orkestra Sinfonikoa (BAOS) es la historia de su fundador, Josu Loroño Elguezabal

Josu Loroño desarrolló toda su vida artística y profesional en Bilbao, cursando sus estudios musicales en el Conservatorio Juan Crisóstomo de Arriaga, donde fue profesor de Armonía.

Su pasión por el acordeón comenzó en la década de los cincuenta, destacando como intérprete de este instrumento a nivel internacional. Siendo en aquella época el acordeón un instrumento poco conocido y más ligado a la música popular que a la sinfónica,  gracias a sus largas investigaciones, el 22 de noviembre de 1963 funda la Orquesta Sinfónica de Acordeones de Bilbao​, convirtiendo a partir de ahí su gran sueño en realidad, e interpretando con su orquesta las obras de los grandes maestros de la música. Desde los clásicos como Mozart, Beethoven, Rossini, Chaikovski, Verdi, Schubert, Bizet, Strauss, pasando por distintos géneros y estilos muy diferentes, hasta zarzuela, música francesa, popular y sinfónica vasca -Guridi, Sorozábal, etc.- siempre con su característica tímbrica original, logrando un sonido exclusivo y diferente, pasando a ser la gran referencia en el mundo del acordeón.

Él elevó la proyección del instrumento a lo más alto de la música culta y ofreció centenares de conciertos en España, Alemania, Francia y Polonia.

Hombre y artista de fuerte carácter e independencia, gran amante de su pueblo y defensor de su idioma, el euskera, siempre se consideró un idealista, enamorado del siglo XIX. Idealista pero a la vez un trabajador infatigable que no dejaba nada al azar, y consideraba que la inspiración, a la que atribuía sólo un 10% del éxito, sólo llegaba cuando uno se encontraba trabajando.

Falleció en Bilbao el 13 de septiembre de 2008 a los 79 años de edad. Actualmente la Orquesta es dirigida por su hija Amagoia Loroño

Bilbao le dedicó una estatua en el año 2013 con motivo del 50 aniversario de la creación de la Orquesta. Se encuentra en el Paseo Eduardo Victoria de Lecea.

Entre los reconocimientos recibidos por la Orquesta Sinfónica de Acordeones de Bilbao que él fundó se encuentra el nombramiento en 2005 como “Ilustre Bilbaina” por el Ayuntamiento de Bilbao y el nombramiento en 2015 como “Bizkaitar Argia – Ilustre de Bizkaia” por la Diputación Foral de Bizkaia.