Premios de Teatro Breve «Café Bilbao»

Los Premios de Teatro Breve «Café Bilbao» alcanzan en este año 2022 su XX edición con lo que se consolidan como unoa premios propios de la ciudad. Se convocan en colaboración del Grupo de Teatro Tartean

Hay dos modalidades para los guiones: en euskara y castellano. Como el propio nombre indica deben de ser textos de teatro breve (duración de 30 min aprox) y deben de tener una producción sencilla. El guión premiado en euskara se estrenará en formato de lectura dramatizada en el festival LautanHiru de Bilbao. Y si hay interés por las partes, tanto el guion ganador en euskara como el de castellano recibirán una ayuda a la producción para estrenarlo en las Jornadas de Teatro Breve de Pabellón 6.

Los primeros 10 años del premio han sido editados en un libro

Café Bar Bilbao

Pero hay algunos sitios, muy pocos en cada ciudad, que uno tiene que conocer sí o sí porque alcanzan la categoría de icono. Algo así le pasa al bar Bilbao, en la Plaza Nueva, que además de llevar el nombre de la villa proporciona el marco perfecto para esa foto de una tarde de poteo que los turistas se pirran por compartir en las redes sociales.

La casa nació en 1911 de la mano de Severo Unzue, fundador de otros cafés emblemáticos como el Iruña, La Granja o el Gayarre. La decoración de todos ellos fue obra de Luis Lertxundi, en el gusto amoriscado de la época, pero el Bilbao siempre se diferenció del resto por su marcada identidad chirene y un aroma más cercano a la tradición vasca. Políticos de signos opuestos como Indalecio Prieto o Antonio Goicoechea se contaban entre la clientela, en la que nunca han faltado artistas o intelectuales como el cantor Agustín Godoy, el dibujante K Toño Frade o el txistulari Boni Fernández.

En 1992 pasó a manos de Pedro Martínez Basterra, que lo restauró y puso en la puerta ese letrero de ‘Casa Pedro’ que lo convierte en el único bar de la villa con dos nombres oficiales. Son sus hijos Joserra y el actor Mikel Martínez Etxarri quienes se han encargado de mantener vivo el negocio hasta bien entrado el siglo XXI, y eso pasa por acomodarse a los gustos del turismo. Sin embargo el Bilbao, con su longeva plantilla de camareros de la vieja escuela y su aroma de taberna de toda la vida, ha sabido conservar la autenticidad en estos tiempos de identidades manufacturadas.

De espíritu madrugador, a las 6 de la mañana levanta cada día la persiana con la barra ya poblada, que se irá enriqueciendo a lo largo de la jornada. «Tenemos más de un centenar de elaboraciones diferentes que vamos rotando a lo largo del día», explica Joserra. Los domingos, con el mercado de chamarileros, llega la locura de las rabas.

La casa se esfuerza por ofrecer pintxos originales desde mucho antes de que el formato se impusiera en Bilbao, con creaciones como un torreón de morcilla con queso de cabra, un milhojas de calabacín y cebolla caramelizada o las delicias de pato con coulis y queso brie.

Pero es en bocados tan sencillos y tradicionales como la gilda, el bilbainito o el mencionado bacalao al pilpil donde exhibe su pedigrí. No se pierdan tampoco el plato del día. Hoy, unas alubias de Gernika o una paella capaces de formar cola a las puertas de este icono del Bilbao de toda la vida. (Texto de Guillermo Elejabeitia en «El Correo»)

El Café Bar Bilbao siempre ha sido un lugar de tertulia. La más famosa de ellas quizás la tertulia literaria en la que participaba Lauxeta en tiempos de la II República y guerra civil.

Este “plus cultural” añadido al puramente hostelero es muy importante para el Café Bar Bilbao, por lo que, además de colaborar con diferentes actividades organizadas en la ciudad, organiza en su propio espacio diferentes eventos: charlas, recitales, lecturas dramatizadas, actuaciones de teatro, actuaciones musicales. Es de especialmente reseñable el “Premio de Guiones Teatrales Cafe Bar Bilbao” organizado anualmente y que va ya por su 18ª edición con la colaboración de Compañía de Teatro TARTEAN.