Búnker del Hotel Carlton

Cuando las tropas fascistas dirigidas por el dictador Franco se alzaron contra el poder democrático de la República el 18 de julio de 1936, el Ejecutivo Vasco presidido por el primer Lehendakari de Euskadi José Antonio Aguirre y Lekube trasladó su centro de operaciones al Hotel Carlton de Bilbao.

Diseñado en 1.919 por Manuel Maria Smith, el Carlton ha sido testigo de importantes acontecimientos sociales y culturales ocurridos en la historia contemporánea de Euskadi. Desde aquí, Aguirre y su gobierno organizaron al Ejército Vasco que luchó durante la Guerra Civil para defender los valores democráticos imperantes. Hoy en día, es uno de los edificios más emblemáticos de Bilbao. Situado en la Plaza Federico Moyúa, lugar donde confluyen las calles del centro financiero más importante del Ensanche bilbaíno, ha sido declarado recientemente Monumento Arquitectónico, Histórico, Artístico y Cultural por el Gobierno Vasco. Su valor artístico se percibe en cada detalle, decorado con un refinado estilo clásico. El Hotel Carlton fue totalmente reformado en 1.994 para adaptarlo a las necesidades actuales. (Texto de Euscadi.eus)

En sus sótanos el Gobierno Vasco instaló un búnker para protegerse de los bombardeos. En la escalinata de la entrada del Hotel Carlton en Bilbao, se pueden ver varios orificios. Son los respiraderos del búnker de hormigón armado de 12 metros de largo por 4 de ancho) donde el gobierno vasco se refugiaba..

Actualmente la sala, que fue descubierta de forma casual en 1985 en unas reformas, se utiliza como lugar de reuniones para recibir a gente ilustre, reformado como un antiguo bar inglés

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Zubizuri (del euskera puente blanco), también conocido como puente peatonal del Campo de Volantín, aunque popularmente llamado puente de Calatrava, es un puente en arco (cuya pista cuelga de él) sobre la ría del Nervión. Une el Campo de Volantín (Castaños), en la margen derecha, con Uribitarte (el Ensanche), en la izquierda.

Fue diseñado por el arquitecto valenciano Santiago Calatrava, que también dirigió el proyecto de la renovación del Aeropuerto de Bilbao. Las obras comenzaron en 1990 y fue inaugurado en 30 de mayo de 1997.

El diseño consiste en un arco inclinado que une dos plataformas, con rampas de acceso y escaleras en ambas orillas, que sostiene la estructura peatonal con cables de hierro. Todo el puente está pintado de blanco, como es común entre las estructuras de Calatrava.

Desde su inauguración, casi simultánea con la del Museo Guggenheim, el Zubizuri fue un símbolo de la nueva Bilbao, constituyendo un elemento turístico más del paseo de la Ría. 

El puente es localmente conocido por su superficie de cristal altamente resbaladiza incompatible con el clima húmedo de la ciudad. Como solución provisional se optó inicialmente por añadir tiras antideslizantes sobre las losetas acristaladas, probándose después de modo experimental con nuevas baldosas de cristal especial transparente y anticaídas, para finalmente cubrir el puente con una alfombra antideslizante.

A todo ello se añadió además como segundo inconveniente la presencia de rotura en diversas baldosas, inicialmente atribuidas a vandalismo, para comprobarse finalmente que la razón principal del desperfecto del acristalamiento eran los cambios de temperatura, lo cual conlleva la reiterada sustitución de las mismas.

En 2006 el Ayuntamiento de Bilbao autorizó al arquitecto japonés Arata Isozaki la construcción de una pasarela que uniera el puente Zubizuri con las Torres Isozaki. El diseño original conecta el Campo de Volantín con Uribitarte, dos paseos a poca altura sobre la Ría, y no con la Alameda de Mazarredo, que es una calle más alta y que permite al acceso al centro de la ciudad. Para facilitar ese acceso las autoridades locales añadieron un andamio con escaleras temporalmente, pero tuvieron que retirarlo por las protestas de Calatrava.

Calatrava denunció en febrero de 2007 al Ayuntamiento de Bilbao por los derechos morales (una parte de la propiedad intelectual, bajo la Ley española de derecho de autor) de la integridad de su creación, ya que una barra de metal fue cortada.

El alcalde de Bilbao Iñaki Azkuna, con el apoyo del resto de los concejales, opuso los derechos de los ciudadanos de Bilbao sobre los del arquitecto, aduciendo la funcionalidad de la nueva pasarela y recordando las caídas de los usuarios del puente y el coste de las reparaciones del suelo de cristal.

Juristas y arquitectos locales apoyaron la posición del Ayuntamiento, argumentando que las modificaciones no afectaban los derechos de Calatrava.

En noviembre de 2007 un juez local, Edmundo Rodríguez Achútegui, magistrado de lo Mercantil, acordó que había un daño en los derechos morales del creador; sin embargo falló a favor del Concejo bilbaíno y permitió la conexión de Isozaki. Calatrava apeló el fallo y la Audiencia Provincial de Vizcaya rectificó el dictamen del juez Rodríguez Achútegui. En marzo de 2009 condenó al Ayuntamiento a pagar 30.000 euros en concepto de indemnización al arquitecto,​ al considerar desproporcionada la cantidad solicitada por el demandante, tres millones de euros. El arquitecto valenciano decidió donar la indemnización a la Casa de la Misericordia de Bilbao. (Texto de la Wikipedia)

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Imagen de «El Correo»
Cartel del Festival FANT 2021

Teatro Campos

El Teatro Campos Elíseos Antzokia, popularmente, El Campos y la Bombonera de Bertendona, es un teatro ubicado en la calle Bertendona . Inaugurado en el año 1902.

Su construcción data de principios del siglo xx, entre los años 1901 y 1902, en plena expansión del ensanche bilbaíno en base al proyecto del arquitecto local Alfredo Acebal. El teatro fue erigido a instancias de su primer propietario, el empresario Luis Urízar Roales, hijo del prohombre bilbaíno Luciano Urízar Echevarría.

En el edificio destaca su fachada diseño del vasco-francés Jean Batiste Darroquy, ricamente decorada, que es la referencia exterior de esta pieza importante de arquitectura modernista en el País Vasco. El teatro está catalogado como Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento.

Siguiendo los planos de Alfredo Acebal, el 3 de mayo de 1901 daba comienzo su edificación sobre los terrenos que entonces ocupaban los Jardines de los Campos Elíseos (desaparecidos a mediados del siglo xx), siendo inaugurado el teatro un año después, el 7 de agosto de 1902. El diseño de Acebal se complementó con el que hizo Darroquy para la fachada principal. Todo ello en el más puro estilo modernista con decoración «art nouveau» en la que destacan las cerámicas del eibarrés Daniel Zuloaga.

El diseño original fue cambiado por su autor antes de acabar la obra. Años después, en 1920, Félix Agüero construyó una nueva escalera de acceso que en 1943 sería cambiada por otra junto a la reforma de los accesos de público realizada por Manuel Cabanyes, al haberse vendido el espacio de la escalera imperial de acceso al primer piso y del vestíbulo o foyer. También se demolió todo un pabellón para conseguir tres nuevas alturas.

El elemento externo más relevante es la fachada principal, por la cual recibe el apelativo de bombonera. En ella destaca el gran arco de herradura de resonancias orientales que circunscribe las puertas de acceso del público. Muy decorada con muchos motivos naturistas, con animales fantásticos y estilizaciones vegetales, incorpora aplicaciones cerámicas con motivos mitológicos. Es obra del vasco francés Darroquy y las cerámicas son de Daniel Zuloaga.

La fachada está realizada en hormigón portland que se importó desde Inglaterra. Los elementos de hormigón se anclan en un muro de ladrillo. De esta forma su realización es independiente del resto del edificio.

En abril de 1978 una bomba puesta por ETA militar en el patio de butacas causó grandes daños al teatro. ETA intervino con esta bomba en el conflicto laboral que mantenían los trabajadores del teatro con sus propietarios, la empresa Trueba, los cuales mantenían una huelga de dos meses de duración. Los arquitectos Rufino y Pedro Basáñez realizaron las obras de reparación tendentes a conservación y restauración del edificio que se reinauguró en agosto de 1980.

Durante algún tiempo, el década de los años 90 del siglo xx, fue sede de la Orquesta Sinfónica de Bilbao. En 1991 lo adquirió el ayuntamiento de Bilbao y en el año 1994 el ayuntamiento encargó a Jesús Aldama Echebarría obras de consolidación del edificio de carácter estructural para resolver dos problemas graves: las filtraciones del agua de lluvia a través de los muros y la estabilidad de la estructura. La solución aportada por Aldama fue la de realizar una nueva cubierta que «cosiera» el edificio. Estas obras se realizan entre los años 1995 y 1997.

Se rehabilitó la fachada en 1997 y quedó pendiente, por problemas presupuestarios, el interior. En el año 2002 se trató de nuevo de la recuperación del edificio.

En el año 2003 la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) firmó un acuerdo con el ayuntamiento de Bilbao para la restauración y rehabilitación integral de teatro. En él, el ayuntamiento y la SGAE participaban al 50 % del teatro quedando la gestión en manos de la Fundación Autor, de la SGAE, por un plazo de 30 años a cambio del pago de un canon.

La reforma fue proyectada por la Fundación Labein y la realizó el Gabinete de Arquitectura del Ayuntamiento de Bilbao junto a un arquitecto delegado por la SGAE. La reforma integral del teatro respetaba el estilo arquitectónico y la decoración original, pero incrementaba espacios y volúmenes y actualizaba todas sus dotaciones e instalaciones para las más modernas técnicas representativas.

La remodelación hace pasar al teatro de tener 5000 metros cuadrados a 7300, incrementando la altura del edificio e integrando un edificio de viviendas contiguo. El coste total se ha situado en 27 millones de euros.7​ Tras varios retrasos en el proyecto, el 11 de marzo de 2010 se inauguró el «Teatro Arteria Campos Elíseos Antzokia» integrado en la red de espacios escénicos Arteria, dependiente de Fundación Autor de la SGAE.

El 15 de agosto de 2017 se anunció el traspaso de la explotación del teatro a la empresa de nueva creación formada por Clece, encargada de los Teatros del Canal y el Auditorio del Escorial; y el Grupo Marquina, que lleva el recinto del mismo nombre y el Príncipe Gran Vía, a expensas de obtener el visto bueno del Ayuntamiento.

La nueva sociedad gestora es Klemark Espectáculos Teatrales. El teatro sale de la red Arteria y se vuelve a denominar Teatro Campos Elíseos Antzokia. (texto de la Wikipedia)

Imagen de todocoleccion

Teatro Arriaga

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En 1834 se inaugura en los mismos terrenos que ocupa el actual teatro Arriaga el denominado «Teatro de la Villa» que se cedió a un grupo de capitalistas que se asociaron para su explotación comercial. Más tarde, la concesión recaería en la persona de Luciano Urízar Echevarría, y con este empresario alcanzaría el teatro su máximo esplendor.

Nuevo edificio

En 1883 se acuerda sustituirlo por otro edificio más moderno y amplio ya que se había quedado pequeño ante el crecimiento que estaba realizando la ciudad de Bilbao. También el viejo teatro había sido dañado en las Guerras Carlistas en las que Bilbao había sufrido sendos sitios.

Tres años después, en 1886 se comienza a derribar el teatro para comenzar un nuevo edificio que tuviera un aforo de 1.500 butacas y en el sus bajos pudieran utilizarse para poner establecimientos comerciales. El proyecto fue confiado al arquitecto Joaquín Rucoba y Octavio de Toledo, quien reorientó el edificio y amplió los muelles vecinos haciendo que la nueva edificación superara las oposiciones de algunos vecinos, que temían que el nuevo bloque obstaculizara el trabajo en los muelles y la ventilación de la calle Bidebarrieta.

Después de cuatro años de trabajos, el 31 de mayo de 1890 se inaugura el nuevo teatro que toma el nombre de la plaza donde se encuentra: plaza de Juan Crisóstomo de Arriaga, compositor bilbaíno.

Incendio en 1914

El 22 de diciembre de 1914 un incendio destruye el edificio. Se encargó la reconstrucción al arquitecto Federico de Ugalde, quien replantea el proyecto original para dotarlo de mayor amplitud y seguridad.

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Teatro de primera…y declive

El Arriaga fue considerado como un teatro de primera, quedando dentro del circuito principal que realizaban las mejores compañías del momento en el país. La Guerra Civil interrumpe las representaciones que se retoman en cuanto se vuelve a la normalidad y se abren las salas de Madrid.

En 1924 la gestión del teatro Arriaga pasa a las manos de la familia Diestro, que se lo arrienda a la Sociedad Anónima Nuevo Teatro de Bilbao. Los Diestro se mantienen en la gestión de la sala hasta el año 1963 en el que se hace cargo de la misma la empresa Espectáculos Trueba, que se mantiene al frente de su explotación hasta que en 1978 se disuelve la Sociedad Anónima Nuevo Teatro de Bilbao y la propiedad pasa a manos del consistorio bilbaíno. La actividad teatral había decaído mucho, siendo la proyección cinematográfica la actividad principal a la que se dedicaba la sala. Las pésimas condiciones en las que se encontraba el edificio hacen que el ayuntamiento de Bilbao decida cerrarlo al público. En 1980 comienzan las labores de reparación y restauración.

Inundaciones en 1983

El 23 de agosto de 1983 unas lluvias torrenciales hacen que se inunde Bilbao; el agua alcanza el segundo piso del Arriaga y causa grandes daños.

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La restauración prosigue desalojando los bajos comerciales, que habían quedado arrasados por el agua, y alterando parte del interior de las instalaciones al construir una escalera imperial a dos manos y reorganizar el vestíbulo principal.

El 5 de diciembre de 1986 se reinaugura el teatro. (Texto de la Wikipedia)

Merece la pena una mirada tranquila a las esculturas que adornan la fachada así como el resto del edificio

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Desde el aire

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Imágenes del recuerdo

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El interior

Su predecesor

Palacio Arana

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Es el palacio más antiguo, que no la casa más antigua de Bilbao, que se conserva en el Casco Viejo de Bilbao, construido en 1590 aproximadamente. Es de estilo tardo-renacentista con portada de arco de medio punto protegida por dos figuras de Hércules a cada lado con pilastras almohadilladas, en la que se entra a un patio que organiza el espacio interior, como forma parte de la distribución de espacios típicamente renacentistas.

Esta ubicación correspondía a torres y caserones nobles que ejercían de defensa o status social a la entrada de las siete calles y que se alineaban en torno a la ría, ocupando el principio de cada calle, este solar correspondía al mayorazgo de la familia Arana. La familia Markina encabezaba la calle Carnicería Vieja, Los Martínez de Salinas la boca de Artecalle, los Leguizamón la entrada de la calle Somera, en donde hoy en día, si entramos en el portal del edificio actual, podemos encontrar una inscripción en su techo que conmemora la existencia de esa torre junto con el escudo que lo presidía. Existieron hasta doce construcciones nobles que encabezaban las siete calles y que han ido desapareciendo con el tiempo.

Cuando el Casco Viejo pierde ese carácter de defensa y se derriba la muralla, se construyen edificios más civiles y se empieza a conformar la plaza Vieja o plaza Mayor. Esta que se ubicaba entre la Iglesia de San Antón y el mercado de abastos actual junto con un edificio que compartían la casa consistorial y el consulado de Bilbao, y que cruzaba la actual carretera y las vías del tranvía. Se alineaba con San Antón, y en su parte frontal se organizaba un pequeño mercado primigenio, que a lo largo del tiempo y con diferentes modificaciones, dará paso al mercado de la Ribera que conocemos. (texto de Ane Aranduy en Bilbaoguía.com)

El caso del Palacio de Arana: En los siguientes años y siglo, Bilbao verá como van apareciendo una serie de importantes edificios de este tipo, todos ellos surgidos en el contexto cultural que delimitan el renacimiento y el estilo barroco. De cualquier manera, el caso del Palacio Arana es singular tanto por el momento de su aparición como por las características edificatorias del mismo. De hecho, el Palacio de Arana fue obrado a finales del siglo XVI o comienzos del siglo XVII y con bastante probabilidad, como resultado de la reconstrucción subsiguiente después del incendio o de la inundación de final de aquel siglo. Los soportales de la Ribera se construyeron un poco más tarde, a mitad del siglo XVII, es decir con una cierta concatenación en relación con el edificio del Palacio. Ubicado éste sobre el solar ocupado por una antigua casa torre, pone de manifiesto la nueva disposición urbanística de la Villa que estaba transformando su antiguo puerto-embarcadero en plaza pública. Esta plaza, a la que daban frente el Ayuntamiento y la iglesia de San Antón, sería el lugar clave de encuentros y festejos hasta la construcción de la Plaza Nueva. Mantuvo la Plaza, en cualquier caso, el carácter de puerto y mercado y como tal, de centro vital de la población. Los soportales del Palacio de Arana serán los primeros que aparecerán en la zona constituida por el conjunto de casas cabeceras de las Siete Calles. Realizado en un lenguaje tardorenacentista es, en su conjunto, un testimonio singular y único. Muy transformado en sus elementos de distribución interior, mantiene, no obstante, importantes detalles y aspectos originales: el acceso a su entrada principal, los soportales, los balcones, así como partes singulares de su tipología y volumetría. Reputado, por algunos autores, como una de las construcciones civiles más antiguas de las que se conservan en el Casco Viejo, nos aporta, el Palacio de Arana, el testimonio de un resurgir de Bilbao tras el aciago siglo XVI. Desde entonces hasta hoy constituye un fiel testigo de los avatares de la Villa y un singular legado histórico de la misma. (Texto de Elías Mas Serna en el periódico Bilbao)

Fue declarado el 20 de febrero de 1996 como edificio de especial protección y fue rehabilitado en el año 1984 por Ricardo Beascoa Tomás, Jose Mª Padro Scala, Emilio Vélez Fernández y Susana Menoyo Cecilia.

La historia del Palacio Arana va de la mano de un Bilbao que fue floreciente y violento, según los casos. Crucemos bajo el arco de medio punto para curiosear. Pasen, pasen y vean. Allí está Enrique Manuel Arana Salcedo y Serralta nacido en Bilbao el 26 de octubre de 1675 y que casó con Josefa Antonia Arriola y Axpe, hija de Zeanuri. Fue testigo de la Matxinada que comenzó quemando la casa de Allende Salazar, después la de los Barnechea y Sarachaga. Vio cómo el pueblo cortó la cabeza con una hoz en los Caños a un contemporáneo ilustre, Manuel de Orovio. Enrique Arana fue diputado General por Bizkaia por el bando oñacino. Escapó de su casa, que fue asaltada y registrada, se refugió en el Colegio de los Jesuitas de donde salió imprudentemente y se dirigió a los matxines que estaban reunidos en el Arenal para tratar de apaciguarles. Ese mismo día, el 5 de setiembre de 1718, fue asesinado en el Arenal. Una nube de pedradas y balazos cayeron sobre él dejándolo muerto, su cadáver sufrió mutilaciones y fue profanado.

Un día antes, las turbas habían entrado en la casa. Empezaron rompiendo todas las vidrieras, las ventanas y puertas de la casa. Una cuja bronceada, con colgaduras de damasco carmesí con hilos de plata y oro, toda la ropa de lino, seis camas más, sillas, taburetes, cuatro mesas, cuatro escritorios de concha, con mesas de nogal y algunos dijes sobre ellas, espejos, dos bufetillas, un arca grande y tres menores, dos catres. A ello hay que sumar que desaparecieron cien barras de damasco carmesí en tela, ropa blanca, treinta onzas de plata labrada, ocho arrobas de chocolate (dulce muy apreciado en aquella época), cecina, tocino, carne y licores; dos escopetas y dos espadas, cuatro pelucas dos sombreros y dos de golilla, amén de documentos, libros y papeles de los mayorazgos de Arana, Echévarri, Aperribay, Líbano y Lazcano. Esta relación de objetos destruidos figura en el Archivo de los Zabálburu, allá en el Archivo de la Diputación Foral de Bizkaia. (texto de Jon Mujika en DEIA)

La Catedral

La Catedral de Santiago, también conocida con Señor Santiago o la Primera Parroquia.

La Catedral Basílica de Santiago fue construida entre el último cuarto del siglo XIV y principios del XVI en estilo gótico, si bien su fachada y torre son el resultado de una profunda reconstrucción acometida en el siglo XIX en estilo neogótico. La Catedral toma su nombre del patrón de Bilbao, el apóstol Santiago el Mayor, en relación con el paso por la ciudad de un ramal costero del Camino de Santiago. Se trata de la iglesia gótica más monumental de Vizcaya y cumple asimismo la función de parroquia. En 1819 obtuvo el rango de basílica menor, siendo la primera iglesia que obtenía este título en el País Vasco.

El edificio actual sucedió a otros dos anteriores en el mismo emplazamiento y con la misma advocación. El primero era anterior a 1300, fecha de la fundación de la villa por D. Diego López V de Haro mediante la Carta Puebla, y disponía de una necrópolis exterior situada en torno al muro de cabecera. El segundo templo fue básicamente una ampliación del anterior, obligada ante el crecimiento demográfico del núcleo urbano. Este segundo templo fue efímero, ya que en 1374 quedó arrasado en un pavoroso incendio, tras lo cual el Papa Gregorio XI dispensó indulgencias a quienes dieran limosnas para la erección del nuevo templo, conforme a un proyecto arquitectónico más ambicioso.

La catedral levantada tras el siniestro de 1374 es el resultado de un período largo y acumulativo de diferentes elementos: la iglesia, el claustro, el pórtico, la sacristía y la torre-fachada. Comenzadas a finales del siglo XIV, hacia 1397, conforme al estilo gótico clásico entonces imperante, las obras fueron prolongándose lentamente durante un siglo largo. Hacia mediados del siglo XV estaban terminados el triforio y la girola con sus cinco capillas centrales; en la segunda mitad de la centuria se trabajó en las demás capillas de la cabecera y posteriormente, ya en la frontera con el siglo XVI, en las capillas laterales de la nave. En estas mismas fechas se construyó el claustro y la Puerta del Ángel, que le da acceso desde la calle y que incorpora ya elementos del gótico florido.

Se completó así el conjunto gótico que años después, bien entrado el siglo XVI, se enriqueció con la Sacristía, el gran pórtico exterior y el perdido Retablo Mayor, ambos de estilo renacentista. El Retablo Mayor debió ser una gran creación artística del franco-flamenco Guiot de Beaugrant, maestro activo en Bilbao a mediados del siglo XVI, quien lo realizó entre 1533 y 1543; desmontado en 1805, de este retablo se conservan cuatro tallas de los Padres de la iglesia latina, hoy colocadas en la Sacristía, y otros tres bultos hoy sitos en las capillas del Pilar, el Cristo del Amor y Santa Lucía. El 11 de junio de 1819 Roma otorgó a la iglesia el rango de basílica menor, la primera del País Vasco. En la segunda mitad del siglo XIX se llevaron a cabo el repicado de paredes y bóvedas, la reconstrucción de la Sacristía y, en la década de 1880, la gran reforma de toda la fachada, con su torre y su aguja, en un estilo neogótico armonizado con las viejas formas góticas, dando al templo su aspecto actual.

En el primer tercio del siglo XX se restauró el claustro y en los años finales del siglo, con posterioridad a las devastadoras inundaciones de 1983, cuando las aguas del Nervión-Ibaizábal invadieron todo el Casco Viejo bilbaíno y anegaron la Catedral, se actuó en todo el conjunto, reparando y limpiando los interiores y exteriores dañados por la riada. Las actuaciones se prolongaron hasta el año 2000. Como resultado de esta restauración, la Catedral presenta hoy un perfecto estado de conservación.

En 1949 la basílica adquirió la dignidad catedralicia al establecerse la Diócesis de Bilbao como una desmembración de la Diócesis de Vitoria. La nueva diócesis fue instituida por Pío XII mediante la bula de erección Quo Commodius con fecha del 2 de noviembre de 1949. En 1950 tomó posesión de la sede episcopal el primer prelado, Casimiro Morcillo González, quien consagró la Catedral Basílica el 30 de diciembre de 1955.

Es Monumento Histórico-Artístico Nacional desde el 3 de junio de 1931. (Texto de la Wikipedia)

El claustro de la Basílica catedral fue restaurado en 1924 por el arquitecto Manuel Gaíndez a quien se debe la recuperación de la tracería y los pináculos entre otros elementos.

Prácticamente de forma simultánea y, lógicamente, en el mismo estilo se ejecutó la Sacristía del templo que forma conjunto con el Claustro.

Más adelante, ya en 1571, se inició la construcción del singular pórtico de la iglesia. En esta obra, y a partir de las trazas de Rodrigo de Albiz, participaron los maestros Martín de Homar y Domingo de Ganta. El pórtico se ubicó sobre el cementerio del mediodía y por su disposición y traza es uno de los más interesantes de Bízkaia.

En su realización, la influencia de los postulados renacentistas se hace presentes de manera vidente. Su organización en planta, por otra parte, se adecúa al trazado urbano del entorno, en conjunción con el sistema viario surgido en la consolidación de la estructura urbana de las Siete Calles.

El pórtico de Santiago fue restaurado, en los últimos tiempos (1980) por el arquitecto Pedro Basáñez.

Pero no acabaron aquí las obras ya que, a finales del siglo pasado, se concluyeron la fachada y torre de la catedral puestas y proyectos con anterioridad. Le correspondió a Severino Achúcarro, en este caso, el último remate de nuestra Catedral- Basílica.

Al igual que ocurrió con la catedral de Barcelona, el remate de la fachada y la torre ejecutadas en el estilo neogòtico, que campó en las postrimerías del siglo XIX, supusieron, al margen de la calidad del proyecto de sus autores, una cierta prefiguración unitaria del conjunto primitivo y moderno.

De hecho, la fachada y torres de las catedrales góticas históricas, al ser adoptadas a modo de gran retablo-pórtico de entrada a la gloria, gozaron de una relativa independencia compositiva de la disposición interior, por lo que estas actuaciones “modernas”, posteriores, en un lenguaje neogótico se situaban en una linea de correcta comprensión del conjunto.

Este es el caso de nuestra Catedral, en la que las aportaciones arquitectónicas de otros tantos Maestros y Arquitectos han sumado, a lo largo del tiempo, un importante legado patrimonial artístico e histórico.

Todo ello sin perjuicio del carácter unitario del monumento ni de la personal intervención de los diferentes autores.

A las distintas participaciones citadas de Martin de Homar, de Domingo Garita o a la de Guiot de Beaufgrant en el desaparecido retablo, se suma la de Achucarro.

Junto a ello reparaciones y restauraciones convocaron la participación de importantes autores como Manuel Galindez, la de Pedro Basáñez y la más reciente actuación con intervenciones, ademas, de carácter arqueológico, dirigida por Rafael Purroy.

Desde su emplazamiento en un extremo -inicialmente- de las Siete Calles y en el mismo corazón del Casco Viejo desde el siglo XVIII, la Catedral-Basílica de Santiago, es nuestro primer y principal edificio, a cuya sombra se formo y creció, con el tiempo, nuestra centenaria Villa. (Texto de Elías Más en el periódico Bilbao)

Antes de tener la torre actual y de ser Catedral

Hospital de Basurto

El acelerado crecimiento poblacional de Bilbao a partir de mediados del siglo XIX, unido a las nuevas necesidades de la práctica sanitaria, hicieron que pronto el antiguo Hospital de Atxuri resultara inadecuado. Desde 1879 se sucedieron distintas propuestas para levantar un hospital en una nueva ubicación. Finalmente, en 1895 Junta de Caridad, Ayuntamiento y Diputación sentaron las bases para la erección de un nuevo hospital.

Los pasos inmediatos fueron rápidos. Se eligieron los terrenos de casi 9 hectáreas de la antigua torre de Basurto, propiedad del marqués de la Torrecilla. A finales de 1897 el arquitecto Enrique Epalza recibía el encargo  del proyecto, y en enero de 1898 ya se había aprobado el programa de bases para su redacción.

Tras la visita de Epalza y del director médico José Carrasco a distintos hospitales europeos y de España, se concretó en el plan definitivo aprobado en abril de 1899 por una Junta de Caridad ya presidida por Gregorio de la Revilla: un hospital con servicios comunes  calculados para 800 camas, pero de las que inicialmente se construirían solo 524, organizados en un complejo de 28 pabellones aislados de distintos tamaños y usos diferenciados. El modelo principal fue el hospital de Eppendorf (Hamburgo).

Los movimientos de tierras, explanación y cimentaciones estaba concluidos en 1901, la edificación de los pabellones se prolongó hasta 1903, y seguido se fueron cerrando los aspectos pendientes (pabellones de infecciosos, auxiliares, equipamientos). El hospital fue oficialmente inaugurado el 11 de noviembre de 1908.

La financiación de las obras se basó inicialmente en el 1.491.000 pesetas abonados por Ayuntamiento y Diputación del antiguo hospital de Atxuri. A esto se unieron dos importantes donativos que sumaron casi un millón de pesetas por parte de José María Gurtubay Meaza y de Casilda Iturrizar. Los años siguientes se completaron con nuevos donativos, una amplia suscripción pública, distintas subvenciones y el endeudamiento, hasta alcanzar los algo más de 6 millones de pesetas a que ascendió el costo final.

Los principales bienhechores

El acceso se planeó a través del edificio de administración y consultas, que miraba a la carretera de Basurto, a donde llegaba el tranvía que lo unía con la ciudad.

Este dibujaba un eje sobre el que se situaban edificios de servicios generales. A sus lados, y de forma simétrica, se iban disponiendo los distintos pabellones, todos de dos pisos: los de hombres en el lado izquierdo (dos dobles y dos sencillos), y los de mujeres en el derecho (dos medios pabellones dobles, uno sencillo y el de venéreas). Separado de todo este grupo principal por un muro, en el lado NW se levantaba otro grupo de cuatro pabellones, la Sección de Infecciosos.

Estilísticamente el conjunto presenta un ambiguo aire nórdico, que se refuerza con las cubiertas exteriores, de acusada pendiente, de modelo inglés y con tejas de colores. De cualquier forma, la obra se concibe desde planteamientos historicistas, pero con influencias del Modernismo, sobre todo en las combinaciones del ladrillo con materiales cerámicos en azules y blancos. La decoración se completa con juegos en los ladrillos, uso alternativo de molduras, dovelas y otros elementos a modo de sillar realizados en piedra artificial, lo mismo que los zócalos.

La evolución del hospital durante las décadas siguientes prolongó su aspecto avanzado, por ejemplo con la creación en 1922 del internado médico, o la vinculación con la naciente Facultad de Medicina promovida por el efímero Gobierno Vasco republicano en 1936-37. En 1992, el Santo Hospital Civil de Bilbao se integró en Osakidetza, el Servicio Vasco de Salud, momento en que el centro pasó a denominarse Hospital de Basurto. (Texto de José María Beascoechea)

En sus jardines alberga una interesante muestra escultórica

Alfredo Alonso Allende obra de Ricardo Iñurria de 1940

Dr. Areilza obra de Moisés de la Huerta de 1926

A José Carrasco y Pérez Plaza del año 2004

Al Club Casino de Artistas

Conde de Abásolo

Gregorio de la Revilla de 1932

Inmaculada Concepción

Sagrado Corazón

Hotel Excelsior

En Bilbao no solo hemos tenido un Hotel Excelsior, sino 2 y los dos de postín

Plaza Nueva

Primero se llamó Gran Hotel Vizcaya entre 1901 y 1918, después Gran Hotel Palace (1919-1923) y finalmente Excelsior, un nombre rimbombante muy popular entre los hosteleros de aquella época. Fue inaugurado en 1923 por la sociedad Pérez Yarza Hermanos, empresa familiar dueña de un emporio hostelero que incluía el Café Boulevard, el Bar Carabanchel, el bar del Arriaga y Cervezas La Salve. Lo renovaron a todo trapo con «habitaciones pintadas al esmalte, teléfonos en todas las habitaciones y ascensor y calefacción central». En prensa se anunciaba como el hotel bilbaíno mejor situado, el de mejor confort y el único con la recepción, oficina, cocinas y comedor para 150 personas en la planta baja. Con sesenta habitaciones y cuarenta cuartos de baño constituía un lujazo de hotel y la máxima expresión del refinamiento moderno.

En el Excelsior se celebraron bodas, banquetes y fiestas por todo lo alto, como la recepción triunfal a Unamuno tras su exilio francés en 1930. Poco sabemos de lo que realmente se comía en sus mesas, aunque lo más probable es que los inspectores Michelin quedaran prendados por la alta cocina de inspiración francesa que se estilaba entonces en los hoteles de lujo bilbaínos como el mismo Excelsior o su competidor más directo, el Carlton (inaugurado en 1926). El excelso Excelsior cerró en 1933, tan sólo diez años después de su apertura, y el edificio fue adquirido por el Banco de Bilbao para ampliar sus cercanas oficinas.

Puede que nuestra primer estrella Michelin fuese fugaz, pero al menos a partir de ahora ustedes recordarán que ahí, tras la fachada del reloj de la Plaza Nueva, donde está ahora Euskaltzaindia, brilló brevemente la mejor cocina bilbaína. (Ana Vega en el Correo)

Hurtado de Amezaga

El edificio de la calle de Hurtado de Amézaga fue construido en 1888 con objeto de acoger la razón social de las entidades: Unión Minera y Compañía Marítima Trasmediterránea hasta que en 1939 fue reconvertido en hotel

El Excelsior era propiedad de la familia Areilza; en sus últimos años de vida (más o menos en los días en que Julio Salinas, el padre de los futbolistas, trabajaba como empleado de la recepción…) era la condesa de Rodas –hermana de José María Areilza– su propietaria; ésta, al no permitir ninguna obra de modernización de sus deterioradas instalaciones, provocó la clausura definitiva el 30 de noviembre de 1988.

Tras su cierre en fue totalmente rehabilitado y el 13 de mayo de 1996 inaugurado como sede administrativa de las Juntas Generales de Bizkaia.

Hoy en día en la sede bilbaina de la que les hablo existe una sala donde se reúne la mesa de las Juntas Generales. Cuentan que fue Antón Aurre, segundo presidente de la institución, quien inició la impresionante colección artística que hoy alberga, con firmas de Lazkano, Ibarrola, Oteiza o Chillida. Fue un hombre muy sensible al arte y quiso apoyar a artistas, hoy consagrados, que entonces eran desconocidos, adquiriendo sus obras

Plaza Nueva

Esta zona era conocida antiguamente como Barrio de los Zurradores, así llamados porque ejercían el oficio de “zurrar” las pieles, es decir, curtirlas. Tomó el nombre popular de Plaza Nueva para diferenciarla de la Plaza Vieja que estaba en San Antón, formada por la iglesia, el Consulado y el Ayuntamiento viejo, en los terrenos ocupados actualmente por la plaza de Mercado.

Plaza Vieja

El síndico Manuel de Loredo propuso en 1786 la expansión de Bilbao y la urbanización de los terrenos que había entre Santa María y la ermita de San Nicolás, planteando en el conocido como “Plan Loredo” la construcción de una plaza. En 1794 el Ayuntamiento encomendó al arquitecto Alejo de Miranda que “se demarcasen los terrenos entre Askao y Correo para la construcción de una plaza, la cual ha de ser con arcos en toda la perímetro, según reglas de arquitectura, simetría y buen gusto”, igual a las que había realizado en Vitoria y en San Sebastián. Ante la resistencia que venían ofreciendo los propietarios de la villa, porque pensaban que las rentas de las casas iban a bajar, el Ayuntamiento acudió al patrocinio del Rey, como único medio para vencer la resistencia de los propietarios de los solares. La Junta gestora encargó los planos al arquitecto de Épila (Zaragoza) Silvestre Pérez Martínez. Se firmó el 5 de junio de 1821 y se aprobó por la Real Academia de San Fernando el 15 de diciembre de 1822.

La plaza estaba realizada inicialmente con una forma cuadrada, que luego terminaría siendo ligeramente rectangular, de arcadas. Los edificios tienen tres plantas con frisos de separación y ventanas. Hay 64 arcos separados por 66 columnas de orden dórico construidas con piedra de sillería y, estaba previsto que en el centro se colocase la estatua ecuestre de Fernando VII.

En 1828, a petición de la Corporación Municipal, visitó Bilbao Fernando VII “El Deseado”, para inaugurar el Puente Colgante de San Francisco. Vino acompañado por su esposa, María Amalia de Sajonia. Los concejales para agasajarle le mostraron una maqueta de la plaza que iban a empezar a construir, a la que iban a denominarse Plaza Real de Fernando VII y en cuyo centro se colocaría la estatua ecuestre del monarca.

Después de vencer dificultades financieras y las ocasionadas por los comerciantes de Askao, se empezó su construcción el 31 de diciembre de 1829 (entrando por la calle Los Fueros, en la parte alta del interior del primer arco, grabado en la piedra clave se puede leer «Arco primero cerrado el 18 de mayo de 1830») y se terminó el 31 de diciembre de 1849, bajo la dirección de los arquitectos Antonio de Echevarría y Avelino de Goicoechea.

Al morir el Rey, en 1833, dejando más enemigos que admiradores, la plaza se quedó sin nombre y la estatua fue sustituida por una fuente de agua de dieciocho surtidores.

En la visita que realizó Amadeo de Saboya a Bilbao en agosto de 1872, los bilbaínos convirtieron la plaza en un lago para celebrar una naumaquia, (combate naval que como espectáculo se daba entre los antiguos romanos en un estanque o lago). Manuel Losada retrataría este hecho en el cuadro Góndolas en la plaza Nueva.

La extravagancia, que el pintor Manuel Losada reflejaría años después, es tal que su historicidad fue puesta en duda. De hecho, «en la documentación municipal no hay ninguna alusión a la fiesta veneciana», precisa Cava. «En realidad, la pagó la Diputación, que tenía su sede en la propia plaza. La fiesta sí que se celebró. Lo documenta Mikel Bilbao» en un artículo dedicado precisamente a Losada. Así se hizo eco de la fiesta en una breve noticia ‘La correspondencia de España’, el 9 de agosto de 1872: «Terminado el espléndido banquete, Su Majestad se dirigió al teatro, visitando a su paso la Plaza Nueva, que se había transformado en un lago surcado por góndolas adornadas vistosamente, e iluminado a la veneciana». El rey «fue objeto de una entusiasta ovación, así como a su ida al teatro, donde fue saludado a su entrada y salida entre salvas de aplausos».

La fachada principal de la Plaza está formada por cuatro pilastras dóricas empotradas, que sostienen el cornisamento y el ático. En el centro se sitúa un reloj y sobre el sotabanco que corona la fachada, el escudo de armas del Señorío.

La estructura irregular de las casas de la plaza no es casualidad. En los pisos con las ventanas más grandes vivían los propietarios; en la planta con las ventanas medianas, los arrendados; y en el último piso, de pequeña altura, el servicio. (Texto de Javier González Oliver en Bilbaopedia y Julio Arrieta en el Correo)

La Plaza Nueva es centro de múltiples actos y actividades para los bilbainos como el mercadillo de los domingos con su intercambio de cromos, la festividad de Santo Tomás, conciertos en la Aste Nagusia etc etc

FASES

1849-1890

En esta fase inicial, la plaza lucía una fuente de agua de dieciocho surtidores, el principal de los cuales arrojaba el agua a más de veinticinco pies de altura. Rodeaban a la fuente, según relata Juan Eustaquio Delmás, «varios jardines, en los que crecían acacias, bolas, magnolias, naranjos y otras preciosas plantas que, con su sombrío follaje y el frescor que despide el agua de la fuente y de un gracioso surtidor que brota en el centro de cada jardín, convidan al transeúnte en el verano a sentarse en los rústicos bancos que hay colocados a su alrededor».

En grandes fiestas manaba vino por sus caños.

No hay ningún testimonio gráfico de esa época

1890-1894

La fuente fue sustituida en 1890 por la estatua de Dº Diego López de Haro

1894-1966

Tras el traslado de la escultura a la Plaza Circular se levantó en su centro un kiosko de la música

1937-1982

Hasta 1937 se llamó plaza Nueva, pero tras la Guerra Civil se le denominó Plaza de los Mártires de Bilbao, según acuerdo del Ayuntamiento, recordando a los muertos franquistas de la guerra hasta 1982 en el que el consistorio le devuelve su primitivo nombre, nombre que nunca perdió entre la población que siempre la llamó Plaza Nueva

1939

Apertura del 5ª acceso de la Plaza que la comunica con la calle Correo, obra de Emiliano C. Amann. Es la consecuencia de una bomba caída en el año 1937 sobre la casa que hasta entonces ocupaba ese lugar, la cual no fue reedificada sino que el Ayuntamiento aprovechó el siniestro para abrir una nueva entrada-calle o calle de entrada. Ésta lleva ahora el nombre de Mitxel Labegerie, médico, político, poeta y cantautor labortano, al que con entera justicia se le sigue considerando como la corriente de aire fresco que allá por los años sesenta renovó, en gran medida, la poesía y canción vascas.

Cuando se construyó la Plaza Nueva, sus cuatro entradas no fueron consideradas «calles» ni recibieron nombres para su designación ya que se las integró en sus calles inmediatas, esto es: las dos entradas desde la calle de Sombrerería formaban parte de esta calle y las dos de la calle de los Fueros lo mismo. Durante casi un siglo, hasta 1940, se pensó que no eran calles y que, por tanto, no había que aplicarles un nombre propio.
Actualmente se da la coincidencia de que llevan el nombre de otras tantas cuevas: Altxerri y Goikolau, que nacen en Sombrerería, y Ekain y Santimamiñe que son las que parten de la calle Fueros y, son las de menor longitud de la Villa

1966-1988

Obra de remodelación de la plaza con la construcción de un parking subterráneo

1990

El lunes 31 de diciembre de 1990 a las doce de la mañana, el alcalde Beti Duñabeitia inauguró la Plaza totalmente remodelada, con una gran carpa y con la idea de dedicarla a actuaciones y actividades culturales, aproximadamente un año después fue nuevamente reformada y se quitó la carpa.

1991-Actualidad

Residentes con solera en la Plaza Nueva

Diputación Foral

Hasta el 31 de julio de 1900

Peluquería Carbonell

el 23 de noviembre de 1859 se anunciaba así en el diario bilbaino Irurac Bat: «Juan Carbonell, peluquero y perfumista de la Plaza Nueva, acaba de llegar de París. Además de ofrecer un moderno procedimiento de teñir el pelo, denominado “El Chromacone” exhibe también su nueva colección de corbatas, peines y cepillos, colonias, aceites y esencias, y hasta un barniz colorado para pintar el suelo de las habitaciones. Y elabora, además toda clase de pelucas por encargo y medida».

Café Suizo

Allí se encontraba también el Café Suizo, el primer café de la villa, llamado así por la nacionalidad de sus fundadores, que cerró en 1941.

Hotel Excelsior

Primero se llamó Gran Hotel Vizcaya entre 1901 y 1918, después Gran Hotel Palace (1919-1923) y finalmente Excelsior, un nombre rimbombante muy popular entre los hosteleros de aquella época. Fue inaugurado en 1923 por la sociedad Pérez Yarza Hermanos, empresa familiar dueña de un emporio hostelero que incluía el Café Boulevard, el Bar Carabanchel, el bar del Arriaga y Cervezas La Salve. Lo renovaron a todo trapo con «habitaciones pintadas al esmalte, teléfonos en todas las habitaciones y ascensor y calefacción central». En prensa se anunciaba como el hotel bilbaíno mejor situado, el de mejor confort y el único con la recepción, oficina, cocinas y comedor para 150 personas en la planta baja. Con sesenta habitaciones y cuarenta cuartos de baño constituía un lujazo de hotel y la máxima expresión del refinamiento moderno.

En el Excelsior se celebraron bodas, banquetes y fiestas por todo lo alto, como la recepción triunfal a Unamuno tras su exilio francés en 1930. Poco sabemos de lo que realmente se comía en sus mesas, aunque lo más probable es que los inspectores Michelin quedaran prendados por la alta cocina de inspiración francesa que se estilaba entonces en los hoteles de lujo bilbaínos como el mismo Excelsior o su competidor más directo, el Carlton (inaugurado en 1926). El excelso Excelsior cerró en 1933, tan sólo diez años después de su apertura, y el edificio fue adquirido por el Banco de Bilbao para ampliar sus cercanas oficinas.

La Sociedad Bilbaina

Por fin, el 15 de octubre de 1839, la Junta General se reunió de nuevo y tomó los siguientes acuerdos: aprobar el reglamento; confirmar los nombramientos de la Comisión Directiva y aprobar su gestión; aprobar la elección del local social (que iba a ser su sede durante 75 años) en el primer piso de la casa n.º 5 de la Plaza Nueva; y la designación de la persona encargada del local. Acerca de todas estas cuestiones, se levantó acta, la primera de la historia del club bilbaíno. Se desconoce en qué momento de todo el proceso se decidió poner al club el nombre de Sociedad Bilbaina. Permaneció en la Plaza Nueva hasta 1913

Euskaltzaindia

En 1999 se inauguró en el que había sido el palacio de la Diputación de Bilbao hasta el año 1900, la sede de la Real Academia de la Lengua Vasca / Euskaltzaindia

San Mamés

De la colección «De Bilbao de toda la vida» de Tomás Ondarra y Jon Uriarte

En Bilbao a la hora de hablar de San Mamés hay que matizar: ¿hablamos del santo o del campo de fútbol?

SANTO SAN MAMÉS

Vamos a comenzar por el santo ya que es el hilo de donde comienza la historia

Cuenta la leyenda que «Mamés» fue un mártir arrojado a los leones en un circo romano de la región de la Capadoccia, en Turquía. Los animales en vez de atacarle se apiadaron de él y se aposaron a sus pies. De ahí que se convirtiera en Santo.

En Bilbao existía la colina de San Mamés, incluso antes de que se fundase la villa, donde estaba la ermita de San Mamés (siglo XVII), que luego fue convento de Franciscanos, en 1447, donde se veneraba al santo y donde después la Diputación de Bizkaia levantó la Casa de Misericordia que se inauguró en 1872 y primeramente se llamó Asilo de San Mamés.

En 1695, por bula papal de Inocencio XII, fue entregada la cabeza de San Mamés al inquisidor del reino de Aragón, Don Juan de Texada, quien la donó en un magnífico relicario de plata a la iglesia de Santa María Magdalena de Zaragoza. Posteriormente, el 24 de enero de 1946, se extrajo un trozo del cráneo del santo con destino al asilo de San Mamés de Bilbao. La entrega se hizo el 6 de agosto del mismo año en los salones de la Diputación de Bizkaia. Desde entonces, la capilla de la Casa de Misericordia guarda el relicario con el pequeño fragmento de cráneo de San Mamés

Pero otra reliquia fue entrega al Athletic que la guarda en su sede de Ibaigane

Y fue en unos terrenos del asilo donde como veremos se construyó el antiguo campo de futbol del Athletic. De ahí que se le llame San Mamés

Y ya hemos llegado al Campo de Futbol

CAMPO DE FUTBOL ANTIGUO

De la colección «De Bilbao de toda la vida» de Tomás Ondara y Jon Uriarte

En 1912, la directiva dirigida por el presidente Alejandro de la Sota llevaba tiempo estudiando la posibilidad de trasladar al equipo del Campo de la Jolaseta, un estadio moderno para la época pero que requería un desplazamiento hasta Guecho a un nuevo estadio que estuviera en la villa de Bilbao. El cambio no estaba solamente justificado por razones logísticas sino también por el aumento en la popularidad del equipo gracias a los recientes éxitos en el Campeonato de España. Después de descartar un primer proyecto en Indauchu, la directiva potó por un solar ubicado en la prolongación de la Gran Vía, contiguo al asilo de San Mamés y decidió alquilarle los terrenos en los que se construiría el estadio a los herederos del político Pedro Novia de Salcedo por 4.000 pesetas durante diez años.

El antiguo estadio del Athletic Club estaba situado en la explanada que hay frente a la fachada principal del actual recinto. Ambos, antiguo y nuevo «San Mamés» tienen este nombre como consecuencia de que el terreno donde se construyeron pertenecía en su día al asilo de «San Mamés», quienes cedieron dicho espacio para la construcción del campo de fútbol.

La propiedad del estadio era del Athletic Club, aunque los terrenos donde se asienta pertenecieron a la caja Bilbao Bizkaia Kutxa (en usufructo para que lo utilizase el Athletic Club), posteriormente el club compró todos los derechos sobre el terreno a cambio de que se utilizasen exclusivamente para fines deportivos. Tenía capacidad para 39 750 espectadores y un terreno de juego de 105 x 68 metros. Fue el único estadio de España que acogió todas las ediciones de la Primera División de España desde su creación en 1928 hasta la temporada 2012/13.

Si algo le daba personalidad al antiguo campo era su ARCO

En febrero de 1952 se iniciaron las obras de remodelación de la tribuna oeste (la principal) gracias a un proyecto elaborado por los arquitectos Carlos de Miguel, José Antonio Domínguez y Ricardo Magdalena y por el ingeniero de caminos Carlos Fernández Casado. Esta reforma incluía una revolucionaria estructura metálica que permitía la ausencia de columnas y por consiguiente una importante mejora de la visibilidad para los espectadores. Las obras de la popular estructura quedaron terminadas el 13 de marzo de 1953. En el año 1982 sufrió una pequeña modificación en el que solamente se movió cinco milímetros de su situación original.

El 6 de agosto de 2013, el arco fue desmontado y trasladado trozo a trozo para su restauración a la empresa Lointek, en la localidad vizcaína de Urduliz. ​El 13 de mayo de 2014, llegaron las primeras piezas del arco a las instalaciones de Lezama. ​El 18 de marzo de 2015 el club comenzó la instalación del arco en un lateral del terreno de juego del campo 2, enfrente de la tribuna Piru Gainza y junto al aparcamiento.​El 14 de octubre de 2016 se dieron por finalizadas las obras.

CAMPO DE FUTBOL ACTUAL

Fue inaugurado en su primera fase de construcción el 16 de septiembre de 2013 y es el sucesor del antiguo San Mamés. Es utilizado principalmente por el Athletic Club para la práctica del fútbol, si bien tiene otros usos complementarios entre los que se incluye un centro de innovación deportiva y otro de medicina deportiva, una pista de atletismo subterránea y un polideportivo municipal. Además, es utilizado como recinto para conciertos de gran envergadura, al igual que su antecesor. El campo tiene una capacidad de 53 331 localidades (ampliable en 2000 más, según el arquitecto César Azcárate), y cuenta con el rango de estadio de Categoría 4, el máximo otorgado por la UEFA, por lo que puede ser sede de la Eurocopa y albergar finales de la Liga Europa; no así de la Liga de Campeones, ya que esta requiere un aforo mayor.

La primera piedra se colocó el 26 de mayo de 2010 y las obras comenzaron oficialmente el 25 de junio del mismo año. El estadio se realizó en dos fases: en la primera se llevó a cabo la construcción de los dos laterales y uno de los fondos, mientras que en la segunda se construyó el último fondo y se habilitaron los palcos VIP. Se estimó que el estadio estaría totalmente construido en la primavera de 2015, aunque el Athletic Club comenzó a jugar en él a partir de la temporada 2013/14, a falta de la construcción de uno de los fondos.​ El estadio fue inaugurado en su primera fase de construcción, el lunes 16 de septiembre de 2013, en un partido de Liga frente al R. C. Celta de Vigo.

El 5 de noviembre de 2015, San Mamés fue premiado en el World Architecture Festival, celebrado en Singapur, como el mejor edificio deportivo del mundo de nueva construcción.

LA CATEDRAL

Tanto al antiguo como al nuevo San Mamés se le conoce por La Catedral. ¿De dónde viene ese sobrenombre?

Hay varias teorías de su origen, pero la que más fuerza tiene dice que viene de que cuando los seguidores iban a ver a su equipo siempre matizaban para no confundirlo con el asilo: «Vamos a San Mamés, pero a la Catedral» en referencia al estadio. («¿A dónde vas?» se decía. «A San Mamés- ¿A la ermita? – No, a la Catedral»), pero posteriormente se fue interpretando el apodo como referencia a la tradición y a los valores del club.

LOS LEONES

¿Y de dónde viene el apelativo de los leones cuando nos referimos a los jugadores del Athletic?

La historia viene del santo San Mamés que fue arrojado al circo por orden del emperador romano Aureliano para que le devoraran los leones pero, según cuenta la leyenda, logró amansarlos y éstos se postraron a sus pies. ​En 1929, tras un triunfo del Athletic, el cronista del diario El Liberal tituló: «Volvió a rugir el león de San Mamés». Eso dio lugar a que en lo sucesivo a los jugadores del Athletic se les conociera como «los leones de San Mamés».​