Artxanda

El monte Archanda es una de las dos cadenas montañosas que delimitan el municipio de Bilbao, siendo la otra Pagasarri.

De las dos es la más baja (algo menos de 300 m), la más cercana al centro de la ciudad, y la que sufrió una urbanización más intensa. El paso de Santo Domingo separa la parte principal de Archanda con el monte Avril, de 400 m.

​Desde principios del siglo XX ha constituido uno de los pulmones y zona de ocio de Bilbao. Es una atracción turística más de la villa, bastante popular entre quienes quieren admirar las vistas panorámicas de la ciudad, disfrutar de espacios verdes, practicar deportes y visitar la oferta gastronómica de la cima.

Un pequeño repaso a los principales hitos de Artxanda

Funicular

Como ya le hemos dedicado una entrada al Funi, os remitimos a ella para ampliar la información

Mirador

Es uno de los principales atractivos de Artxanda. Remodelado en el año 2020 destaca su balconada con el nombre de Bilbao que de noche le dan un estilo peculiar

Parque, jardines y zona de ocio

El Parque Mirador de Artxanda consta de un paseo perimetral, con vistas a la ladera y a Bilbao, de más de 4 metros de anchura en todo el recinto. De este paseo salen unos caminos radiales al centro del parque donde se ubica la fuente ornamental.

Además cuenta con una amplísima superficie verde con mesas para merendar y zonas de barbacoa

Fuente

Justo en el mirador de Bilbao se encuentra esta fuente sencilla con una columna central coronada por una veleta y con símbolos de la agricultura en sus cuatro lados

Pista de patinaje

En el mismo lugar que ya existiera una pista antigua junto a la cabina del Funi

Esculturas

La huella

Se trata de una escultura de ocho metros y cerca de 8.000 kilogramos, que representa a una gran “huella dactilar”, de la que es autor Juan José Novella. Es del año 2006.

Una obra de en acero al carbono, con perforaciones que delimitan los surcos de las huellas dactilares y con un acabado patinado. “Un elemento humanizante -ha dicho el autor- que pretende dar cabida a todo el mundo y cuyo mayor potencial radica en la posibilidad de hacer reflexionar”.

La obra se colocó por iniciativa de Aterpe 1936 en recuerdo y reconocimiento de todos aquellos y aquellas que, bajo el mando del Gobierno de Euzkadi, presidido por el lehendakari Agirre, defendieron a las legítimas autoridades y las libertades y derechos de los ciudadanos y ciudadanas vascos y vascas en la guerra del 36 y la posterior dictadura franquista

El engranaje

Es una de las piezas del antiguo funicular y se encuentra a la entrada de la estación

Restaurantes

Siempre ha existido una buena oferta gastronómica en Artxanda destacando entre ella

Txakolí Simón

Restaurante Txakoli

Restaurante Antón

Y otros como el Asador Artetxe, el Restaurante Miramar o la Escuela Superior de Hostelería

Polideportivo

Polideportivo situado en el monte Artxanda, desde donde se divisa Bilbao y sus alrededores, fue el primero de sus características en la Villa. Dispone de un equipamiento completo que incluye pista de paddle y piscina olímpica. Ocupa una superficie de 22.655 m2 y dispone de pistas polideportivas, frontones, piscinas y pabellones para realizar diferentes deportes. Está ubicado en un bello entorno natural con multitud de restaurantes y espacios lúdicos y de recreo.

Iglesias

Ermita de la Corona de Lourdes

Esta ermita cerrada al público se encuentra en la carretera de Enékuri a Santo Domingo, en Artxanda junto al Funicular.

Tiene una historia muy curiosa

¿Qué hace en Artxanda una réplica de la gruta de Lourdes?

A decir verdad, no es que se trate de un hecho inusual puesto que pueden encontrarse múltiples reproducciones, realizadas con mayor o menor fortuna, a lo largo y ancho del mundo. La historia me la relata una de las personas que más conoce sobre una de las épocas doradas del funicular, la segunda etapa del Funicular de Archanda I y que ocupara el cargo de Gerente del mismo D. Arturo Arruza Ingunza quien habitaba la vivienda que ocupaba la parte superior de la antigua estación del funicular.

Según éste, quien fuera el “alma mater” de la Sociedad, nuestro vecino Marcelino Ibáñez de Betolaza estaba muy interesado en visitar otros Casinos, en concreto el de Pau, ciudad que, curiosamente, también dispone de un pequeño funicular desde el año 1908. Para “engatusar” a su mujer, la devota confesa (nunca mejor dicho) Doña Corona de Arritola y Urquijo  para que le acompañara en dicho viaje, le mencionó la idea de visitar a su vez el Santuario de Lourdes, localidad que, por cierto, también dispone de un funicular desde el año 1900 aunque alejado del Santuario, a diferencia de otros funiculares denominados de turismo religioso que lo que hacen precisamente es conectar mediante  este servicio con el punto de peregrinación como sucede en Portugal con los elevadores de Bom Jesus (Braga) y Santa Luzia (Viana do Castelo), Montevergine en Italia, etc. etc.

Pues bien, según me relataba esta persona una vez concluida la visita a ambos lugares y de camino de regreso a Bilbao, el coche que llevaba a la pareja tuvo un aparatoso accidente con varias vueltas de campana incluidas, pero del que, afortunadamente, todos los ocupantes del vehículo resultados ilesos.

Este parece ser el origen de esta réplica construida a modo de agradecimiento en unos terrenos que “adquirió” a la Sociedad el mismo Marcelino Ibáñez y donde surgirían, en vida de éste, otras construcciones como el bungalow estilo inglés que se construyó junto a la estación superior del Funicular, la pequeña capilla junto a la gruta dedicada a la Virgen de Nuestra Señora de la Corona, en honor a su esposa de igual nombre, así como una pequeña  vivienda que serviría de alojamiento para las personas encargadas de cuidar ambas construcciones religiosas. Tras la muerte de Marcelino un 23 de junio de 1945 su viuda erigió la Ermita dedicada al culto de San José en su memoria y que fuera inaugurada un 22 de junio de 1949.

Todas estas construcciones religiosas tuvieron diversos dueños hasta que llegaron a ser adquiridas por un conocido restaurante de la zona que pretendía celebrar uniones matrimoniales en la Ermita para, posteriormente, acompañarlos a su Restaurante para el ágape. No pudo conseguir dichas celebraciones por lo que lo único que sale de la Ermita actualmente, o al menos lo hacía hasta hace no mucho tiempo, no son parejas de recién casados/as sino las agradables notas musicales que proporcionan los ensayos de piano que realiza en la misma una de las moradoras de la mencionada vivienda que ha alojado el personal para el cuidado de la Gruta y la Ermita.

Ambas construcciones se encuentran actualmente cerradas al público lo que no es impedimento para que algunas personas se acerquen a contemplarlas, aunque tengan que hacerlo desde lejos, desde la carretera que vemos en la imagen de arriba. (Texto de Arturo Arruza Ingunza)

La gruta de Lourdes, próxima a la estación del Funicular. Se inau­guró en 1926 gracias a la generosidad de Marcelino Ibáñez de Betolaza y Luco. La ermita está dedicada a Nuestra Señora de la Corona, se edificó en 1946 por el arquitecto Manuel María Smith e Ibarra (Bilbao, 1879-1956) según deseos de Doña Corona Arritola y Urquijo, viuda de Don Marcelino.

La Ermita de San Roque

La ermita de San Roque es la ermita de Artxanda aunque ya pertenece a Sondika.

La Ermita de San Roque de Artxanda, aunque no hay fecha exacta de su construcción, se supone que se construyó en el siglo XVII. En la guerra de 1936 quedó muy es­tropeada. Se reconstruye años después de forma sencilla y en noviembre de 1981 se realiza una reforma total con un coste de más de dos millones de pesetas, financiadas por los vecinos del monte Artxanda.

Prima hermana de la ermita de San Roque del Pagasarri, recibe la visita del alcalde de Bilbao en años alternos el día 16 de agosto

Los recuerdos de lo que hubo en Artxanda

Casino

El Casino de Artxanda era un edificio de estilo art decó que fue inaugurado el 7 de octubre de 1915, dentro de un proceso de diversificación de los espacios de ocio de la zona. El arquitecto responsable del proyecto fue Pedro Guimón Eguiguren. El edificio estaba situado a escasos metros del funicular. Disponía de pista de baile, amplios salones, galerías acristaladas, restaurante y, en torno al edificio, una gran escalera.

 El Casino fue utilizado, además de cómo espacio de ocio para el juego, como centro de celebraciones, donde se llevaban a cabo grandes banquetes, tanto públicos como privados. Se realizaban actos de grupos de trabajadores, empresas, sindicatos, etc. Así, se realizaron allí banquetes en honor de personalidades (del Gobernador Civil de Bizkaia, el 31 de diciembre de 1929) o conmemoraciones de partidos políticos (caso del nacionalismo vasco en marzo de 1932). En el casino se realizaban también exhibiciones de deportes de salón, como la esgrima.  

Durante la Guerra Civil española, el casino de Artxanda resultó destruido. En el contexto de la conquista de Bilbao por parte de las tropas franquistas, el casino fue tomado por uno y otro bando entre el 13 y el 18 de junio de 1937. Tras una breve recuperación del edificio por parte de los republicanos, el ejército franquista atacó con virulencia la zona el 18 de junio. Los bombardeos se concentraron en el casino y la zona circundante, causando enormes destrozos en el edificio.

El casino quedó destruido tras los combates y nunca reabrieron sus puertas, ni el edificio fue reconstruido. El testimonio del periodista franquista Pedro Gómez Aparicio, publicado en El día de Palencia el 19 de junio de 1937, describía la situación tras el combate de esta manera:

“Como consecuencia del combate de ayer, hay, todavía, algunos cadáveres del enemigo que no han podido ser enterrados. Por todas partes se ven huellas de la dureza del combate, y el Casino de Archanda aparece con enormes daños en sus edificios” (Texto de Aritz Onaindia en Bilbaopedia)

Palacio Nogaro

La que fuera pista de patinaje sobre hielo en Artxanda, Nogaro fue construido a principios de los años 70 y fue sometido a una importante reforma en 1995.

En la actualidad esta totalmente abandonada y ha sido adquirido por el Ayuntamiento aunque se desconoce el destino concreto al que será destinado

Cinturón de hierro

Artxanda fue uno de los escenarios más importantes de aquel Cinturón de Hierro. Defendió y protegió a centenares de personas que buscaban proteger su vida y escapar de las tropas rebeldes. Y, ahora, el proyecto Itinerarios de la memoria permite conocer este escenario que cuenta una parte fundamental de la historia de Bilbao y de los bilbaínos.

Parque de atracciones

Aunque no estaba ubicado en Artxanda sino en su continuación, el monte Avril, El Parque de Atracciones de Vizcaya (también denominado coloquialmente Parque de Atracciones de Archanda) fue un parque de atracciones impulsado por la Diputación Foral de Vizcaya a principios de la década de 1970 y situado a muy pocos kilómetros del centro de Bilbao. Las autoridades provinciales vizcaínas lanzaron una convocatoria pública proclamando la necesidad que sentía toda la provincia de un lugar abierto, que sirviese de recreo a personas de todas las edades, con unas instalaciones que combinasen lo moderno y lo clásico y que ofreciesen el medio para el ocio más limpio y natural.

En 1972, la Excelentísima Diputación de Vizcaya otorgó su confianza a la sociedad Parque de Atracciones de Vizcaya S.A., que fue expresamente constituida por tres entidades financieras y la empresa Parque de Atracciones de Madrid para la construcción y explotación del recinto.

Los trabajos comenzaron en 1973 y el parque se inauguró en 1974, manteniéndose en funcionamiento durante más de quince años, hasta que fue clausurado en el año 1990, debido a la baja afluencia de público.

La Diputación Foral de Vizcaya procedió a su derribo en febrero de 2018. La demolición del antiguo parque tuvo una duración de 153 días y los trabajos finalizaron el 9 de julio.​

Funicular de Artxanda

De la colección «De Bilbao de toda la vida» de Tomás Ondarra y Jon Uriarte

A finales del siglo XIX y primeros años del siglo XX, muchos bilbainos utilizaban el monte Artxanda como lugar de esparcimiento y diversión, creándose en el entorno un casino y diversos “ txakolis “ donde la gente disfrutaba de su tiempo de ocio.

Este fue el motivo para que desde el año 1901 al 1912 se valorara el proyecto preparado por Bernardo Jiménez de un tren de cremallera que uniera el centro de la Villa con el monte Artxanda. Este proyecto no llegó a salir adelante debido a la falta de financiación.

Pero más adelante en 1915, la Dirección de Obras Públicas aprobaba un proyecto de Don Evaristo San Martín y Garaz. Y con fecha 19 de julio remitía una carta al Sr. Gobernador en la cual se daba el visto bueno a la construcción del funicular, pero con una serie de comentarios de mejora, como: realizar un camino lateral para casos de emergencia, -disponer de un tercer vagón de repuesto, que la velocidad máxima no sobrepasará los 8 km/h, que tanto el arranque como la llega de los vagones a las estaciones se realizara de la forma más suave posible, el impedir el paso a aquellos usuarios en estado de embriaguez, que portaran bultos “ mal olientes “ o armas de fuego, que los viajeros pudieran solicitar de los operarios del funicular el desalojar a aquellas personas que se dirigieran con palabras soeces o en actitud agresiva o faltando al respeto hacía los demás, que los asientos tengan unas dimensiones mínimas determinadas (0,45×0,65×1,45 mts) o que los viajes nunca salieran antes de la hora programada y se anunciaran con toques de campana y en lo no indicado expresamente, se siguieran las instrucciones indicadas en el diario Madrid de fecha 19 de enero de 1913, que hacían referencia al funicular de Igeldo, ya en funcionamiento.

En este momento se crea la sociedad Funicular de Artxanda.

La maquinaria fue diseñada por una empresa suiza, especialista en este tipo de trenes de montaña L.Von Roll.

El importe de la construcción fue de 488.407,30 pts ( 2.935,39 € ).

Con todo el 7 de Octubre del 1915 realiza el primer viaje, siendo alcalde la Villa Don Benito Marco Gardoqui.

Durante el asedio de Bilbao en la Guerra Civil, fueron bombardeas las vías y la estación superior, con lo que se interrumpió el servicio hasta que el 18 de julio de 1938 se reinició el servicio, con arreglos provisionales, bajo proyecto de Mariano del Corral.

Eran épocas, como recuerda algún empleado en que por el precio del billete (60 céntimos de peseta) se bajaban desde la vendeja de las aldeanas de la zona para ser vendida en el mercado, hasta motos para su arreglo e incluso terneras para ser llevadas al matadero.

Un desgraciado accidente el 25 de junio de 1976, fue la causa de una larga paralización del servicio. Durante el cambio del cable motriz, un fallo en los frenos de agarre y de las mordazas, hizo caer un vagón hacia la estación inferior con cuatro operarios dentro: Jose Landa, Jose Mª Bilbao y Juan Rekalde consiguen saltar del vagón, no así Isidro Aurrekoetxea que tirado en el suelo del mismo llega hasta la estación inferior donde tras recibir el impacto es conseguido ser sacado de los escombros y trasladado al hospital de Basurto, donde se recuperó. También resultó ligeramente herido el que era Gerente de sociedad Julio Rodríguez.

Tras siete años de paralización del servicio en 1983 se reconstruyeron absolutamente las instalaciones tanto las vías como los vagones y estaciones, estando como gerente Rafael Pineda y siendo inaugurado el 30 de Abril de ese año. En la estación superior existen una serie de fotografías en las que se aprecian todas las labores de construcción y montaje, así como el estado de las antiguas instalaciones.

Como para todo Bilbao agosto de 1983 fue un fatal año para el funicular ya que las inundaciones sufridas alcanzaron también a este, grandes cantidades de agua, barro, rocas,… cayeron hasta la estación inferior alcanzando una altura que cubría hasta el anden y llegaba a la mitad de los vagones. El 4 de noviembre de ese mismo año se restableció el servicio. (Texto de la empresa Funicular de Artxanda)

Es, junto al ascensor de Solokoetxe, los dos únicos que son de pago.

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