Asociación Artística Vizcaina

La Asociación Artística Vizcaina nació en el salón azul del Hotel Carlton el 8 de mayo de 1945, el mismo día en que terminó la Segunda Guerra Mundial en Europa con la entrada en vigor de la rendición incondicional de Alemania, apenas una semana después del suicidio de Hitler. El grupo, cargado de inquietudes, nacía de la idea de un grupo de pintores que se reunían en el Café Suizo, encabezados por el acuarelista y periodista Juan Aróstegui y Barbier y al que posteriormente se le unirían una serie de literatos de la Sociedad Poético-Literaria Aralar.

A lo largo de estas décadas estuvo considerada la primera asociación cultural de Bizkaia con sede en Bilbao y muy rápido se espolvoreó con pintores y pintoras, poetas, rapsodas y un amplio número de amantes del arte. Su actividad se ha centrado, a lo largo de los tres cuartos largos de siglo de vida en la organización de exposiciones, conferencias, recitales, tertulias poéticas y presentaciones de libros, entre otras cuestiones de altura cultural. (Texto de Jon Mujika y Oskar Martínez en Deia)

El maravilloso logotipo de la Asociación Artística Vizcaina, que aquí se adjunta, fue diseñado por uno de sus socios, el pintor Antonio de Guezala (1889 – 1956), quizá el más cosmopolita y vanguardista de los artistas bilbainos del siglo XX, varias de cuyas obras pueden contemplarse en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Su órgano de expresión fue el «Boletín Informativo de Arte» hasta el cese de Aróstegui en 1960. 

Bilbao (Escultura)

El Museo de Bellas Artes de Bilbao ha recibido en donación la escultura Bilbao (1983), de Richard Serra, cedida en memoria de Martín García-Urtiaga y Mercedes Torrontegui por sus nietos.

Se trata de una pieza de especial significado en la historia de este museo y también para la ciudad de Bilbao, ya que fue realizada in situ por Serra, uno de los mejores escultores del siglo pasado. En aquel año 1983, en primavera, se celebró en el Museo de Bellas Artes la exposición “Correspondencias. 5 arquitectos, 5 escultores”, comisariada por Carmen Giménez y por el escultor Juan Muñoz. La muestra ponía de manifiesto las relaciones entre la arquitectura y el arte del momento, y para ello reunía proyectos de diez artistas de vanguardia: cinco arquitectos (Emilio Ambasz, Peter Eisenman, Frank O. Gehry, Léon Krier y el estudio Venturi, Rauch & Scott Brown) y cinco escultores (Eduardo Chillida, Mario Merz, el propio Serra, Joel Shapiro y Charles Simonds).

Richard Serra encontró los bloques de acero que necesitaba para este trabajo en una siderurgia de Avilés y culminó el proceso de creación en el propio espacio del museo. (Texto de la web del Museo de Bellas Artes)

Cuando trasladamos la exposición a Bilbao, prescindió de Step y en su lugar elaboró una escultura nueva a partir de dos monumentales lingotes de acero, uno de los cuales, de nueve toneladas, se sos­tenía en equilibrio sobre el inferior, de siete. La llamó Bilbao.  Para encontrar los grandes lingotes de acero que necesitaba hizo un viaje en coche por Asturias. Carmen lo llevó por varios astilleros. Comían en sitios populares y dormían en hoteles baratos. Hasta que al fin Serra encontró lo que buscaba en Avilés. Eran esas dos grandes moles de hierro. Serra se quedó prendado, le contó a Carmen qué queríahacer con ellas y Carmen las compró. Regresaron a Bilbao y culminó el proceso de creación dentro del Museo de Bellas Artes.

A mí me encantaba verlo trabajar en directo, o simplemente participar en la instalación de sus obras, como un obrero más, me gustó desde siempre, no recuerdo des­de cuándo, quedarme quieto en algún punto a observar a la gente en esa especie de silencio irrompible que la cubre cuando no sabes de qué está hablando. El comportamiento de los cuerpos, de las formas que entran y salen del espacio me resulta hipnótico. Con Bilbao nos implicamos todos en su la instalación, su autor por supuesto, pero también Carmen y yo. Tuvimos que introducir en el museo una de las grúas de Aldaiturriaga. Hicimos un trabajo de cirugía, las dos piezas que formaban la escultura estaban apoyadas la una sobre la otra, sin ningún tipo de soldadura. Serra utilizó las cualidades tectónicas del material, su peso y su masa, para conseguir que ambos bloques permaneciesen en equilibrio, en apariencia inestable, a simple vista, tenías la sensación de que la pieza superior estaba a punto de derrumbarse, pues se había llevado al límite el punto deapoyo, pero no. La escultura era una gran metáfora de Bilbao, una ciudad donde prima el acero, maciza, entera, como un bloque en difícil equilibrio, una ciudad que le permitió descubrir la tradición industrial y siderúrgica del norte de España, y que le inspiró. No me extrañó cuando dijo que de todas las ciudades del mundo que había visitado, aquella era “ donde he visto más clara la posibilidad de la escultura” (Texto de la obra de Juan Tallón «Obra Maestra» en boca de Juan Muñoz, escultor. Mayo de 1983.)

Hace veintidós años el Museo de Bellas Artes de Bilbao encomendó una obra a Richard Serra. La formaban dos gruesos bloques de hierro situados en equilibrio uno encima del otro. El mo­tivo del encargo era una exposición sobre las relaciones entre la arquitectura y la escultura. A Serra no lo invitaron a la cena de la inauguración. La causa: se había reunido al llegar a Bilbao con una asociación de artistas vascos que habían protestado contra el anquilosamiento del museo robando unos días antes una escultura de Oteiza.

Al poco, debido al inicio de las obras para la amplia­ción, los responsables del museo sacaron la escultura a la calle y abandonaron los dos bloques de hierro a la intem­perie, caídos de cualquier manera. Transcurrieron los me­ses. Al pasear por el parque, los veía y me indignaba. Sentía una auténtica piedad por aquellos dos lingotes rectangula­res tallados el uno para el otro y condenados a un estúpi­do y salvaje desmembramiento. Por entonces escribía para El Correo, y un día hablé con alguien de la redacción. Pu­blicaron una foto y un artículo de denuncia. Los hierros desaparecieron. En cierto modo, me siento responsable de haberlos salvado de su destino de homeless. No sé dónde estarán. Creo que las vendieron al magnate y coleccionista Plácido Arango por doscientas o trescientas mil pesetas, el precio del material.

Todo esto es absurdo, como el arte moderno en gene­ral. Los señoritos del arte bilbaíno, que despreciaron hace veinte años aquella obra, asistieron como beatos a la gran inauguración del Guggenheim. Los artistas rebeldes, que habían robado la escultura de Oteiza y se habían reunido con Serra, no se preocuparon luego en ningún momento por el destrozo y abandono de su escultura.

Si yo hubiera hecho lo que tenía que hacer, habría contratado una furgoneta de transportes, me habría lleva­do aquellos dos grandes trozos de hierro tirados a la basu­ra, y los habría instalado en el jardín de atrás de Toni Etxea. No contaría a nadie su historia. Supongo que no podrían reclamármelos. Valdrían millones, pero yo no me desprendería de ellos. Y lo más asombroso: nadie a quien yo no se lo dijera sabría nunca que aquellas dos moles de hierro una encima de otra eran una obra maestra del arte contemporáneo. (Texto de la obra de Juan Tallón «Obra Maestra» en boca de Iñaki Uriarte. Escritor. Bunio de 2005).

Premios de Teatro Breve «Café Bilbao»

Los Premios de Teatro Breve «Café Bilbao» alcanzan en este año 2022 su XX edición con lo que se consolidan como unoa premios propios de la ciudad. Se convocan en colaboración del Grupo de Teatro Tartean

Hay dos modalidades para los guiones: en euskara y castellano. Como el propio nombre indica deben de ser textos de teatro breve (duración de 30 min aprox) y deben de tener una producción sencilla. El guión premiado en euskara se estrenará en formato de lectura dramatizada en el festival LautanHiru de Bilbao. Y si hay interés por las partes, tanto el guion ganador en euskara como el de castellano recibirán una ayuda a la producción para estrenarlo en las Jornadas de Teatro Breve de Pabellón 6.

Los primeros 10 años del premio han sido editados en un libro

BAD

BAD (Bilbao Antzerkia Danza) es el Festival de Teatro y Danza contemporánea que se celebra en la villa patrocinado por el Ayuntamiento de Bilbao.

Su primera edición se remonta al año 1999 y en este año 2022 llega a su XXIV edición totalmente consolidado.

Bilbaina Jazz Club (BJC)

La Asociación Cultural BJC nace en 1991 por iniciativa de un grupo de aficionados entusiastas, capitaneados por el recordado Pío Lindergaard. Su primera sede fueron los bajos de la Sociedad Bilbaína, que aceptó acoger esta iniciativa cediéndolos cuando acababan allí todas las actividades. Eran otros tiempos y, durante años, los conciertos empezaban sobre las doce de la noche. Por eso, los fundadores decidieron llamar así a la nueva asociación: Bilbaina Jazz Club. En este grupo de aficionados había algunos que ya, desde los años 70 e incluso antes, se reunían en torno a esta música.

BJC se crea como una asociación cultural sin ánimo de lucro, impulsada por un grupo plural de aficionados al jazz que pretenden conseguir lo imposible, hacer de Bilbao una plaza estable en el circuito internacional de jazz y cubrir un importante hueco para la difusión del jazz en la escena contemporánea. Para ello, ofrece una programación continua y única en Euskadi. BJC invita cada semana a todos los aficionados a asistir, a participar y a colaborar, y se ha convertido en uno de los movimientos y una de las actividades culturales más potentes de Bilbao. Así, BJC es un punto de encuentro para los aficionados y amantes de la música y conforma un programa con propuestas musicales de primer nivel. Esto, sin tener que esperar a los espejismos de los festivales veraniegos. A diferencia de estos, nuestros programas se basan en la frecuencia semanal y en la cercanía de la música y de los músicos al público, y en un cuidado sonido para una buena audición

Treinta años de duro trabajo voluntario, rigurosos criterios de programación y un profundo conocimiento de un medio tan específico, han permitido desarrollar y consolidar una programación de calidad. La excelencia en su programación ha incluido a Bilbao entre las capitales europeas de la escena contemporánea de jazz, y nos permite ofrecer a nuestro público grandes maestros consagrados, creadores de vanguardia y también a los músicos vascos más relevantes. Es una oferta complementaria a los festivales. Esta larga y trabajada trayectoria ha consolidado a BJC como un referente internacional, a la vez que ha posibilitado al público el acceso a grandes músicos y creadores, pertenecientes a un circuito que transita por las grandes capitales culturales europeas.

Ja!

El Festival Ja! (La risa de Bilbao) es un Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor que se celebra en Bilbao desde el año 2010.

Ja! se celebra a comienzos de cada otoño en diversos emplazamientos de la ciudad de Bilbao. El festival presenta un programa de actividades diverso donde hay espacio tanto para la reflexión como para la diversión. Los diálogos y mesas redondas sobre los temas más variados, las entrevistas a los autores más interesantes y destacados del momento se combinan con las actuaciones, los concursos y las exposiciones. Todos los actos son de acceso gratuito para el público.

En este 2021 se ha alcanzado la XII edición

En el festival de entrega el Premio BBK Ja! Bilbao a una personalidad que incluya el humor en su obra de forma notable

Figura del premio desde el año 2014 hasta la actualidad
Esta fue la figura del premio desde el año 2010 al 2013

Carteles

1 cartel del año 2010
Último cartel del año 2021

Juan Carlos Eguillor

La historia de Eguillor es la historia de un bilbaino que no nació en Bilbao pero que sin Bilbao no se entiende su historia como tampoco hitos claves de la historia reciente de Bilbao.

Hablamos de Juan Carlos Eguillor Uribarri (Donostia-San Sebastián, 1947- Madrid, 2011), bilbaíno de adopción, pero también donostiarra y malasañero. Todo un referente cultural de la ilustración (Premio Nacional de Ilustración Infantil) y el cómic de este país.

La cultura vasca era un referente inmediato en su trabajo como ilustrador, el Pop Art una influencia evidente, el Expresionismo y el arte de las Vanguardias Rusas también formaban parte de su día a día, sin dejar de lado las nuevas tecnologías. De hecho, en los últimos años de su vida estaba sumergido en la pecera de Second Life y obsesionado con crearse un mundo propio”, nos comenta el diseñador e ilustrador Íñigo Cobeaga, sobrino de Juan Carlos y hermano de Borja, el cineasta.

Las posibilidades de las nuevas tecnologías y su aplicación a la expresión gráfica y audiovisual fue algo que interesó mucho a Eguillor. Ya en los 80 realizó vídeos experimentales como “Bilbao la Muerte” (1982), “De Imaginarium” (1985), “Menina” (1986) o “Poeta en Nueva York” (1987). Tal vez, una forma de expandir su desbordante creatividad más allá del papel.

Su mirada tierna, escéptica y cruel, tal y como define Borja la actitud de su tío frente a la realidad, nos dejó maravillosos recortables de Massiel o Miguel Bosé en el semanario infantil “Pequeño País”, pero también ilustraciones, tiras cómicas, cuentos (“La ciudad de la lluvia”, publicado en 1984, fue seleccionada como una de las 100 mejores obras de la literatura infantil española del siglo XX), portadas de libros y discos, escenografías, guiones, vídeos, animaciones con ordenador, cabeceras y entradillas de programas televisivos (Gurruchaga fue uno de los afortunados), considerados hoy fetiches de coleccionistas.

Son pequeñas joyas de “humor como venganza a la realidad” (tal y como las describía el propio Eguillor) que no son difíciles de conseguir o encontrar, dado su prolífico carácter. Un sinfín de trabajos que incluye nombres como Bernardo Atxaga, Lolo Rico Iván Zulueta y Carmen Martín Gaite, y referencias como Cocteau, Resnais, De Pellaert, Fellini o los hermanos Marx.

Pero el líquido primigenio fue el cómic. “El interés por el cómic, como medio de expresión y comunicación, se despertó en Eguillor tras la lectura del libro de Luis Gasca, ‘Tebeo y cultura de masas’ (1966). Pionero en la difusión del valor cultural del cómic en España, Gasca posibilitó el acceso de Eguillor al diario El Correo Español-El Pueblo Vasco para la publicación, en tiras semanales, de las aventuras de Mari-Aguirre, entre 1968 y 1969”.

Y con la disparatada y erótica Mari-Aguirre también vinieron Tartarela y sus bizarros encuentros con Gracita Morales o Drácula, la sádica Tundra de Tatundra; el poeta de la era atómica, Guy de Atocha y Txangurro Marx (marxismo, facción Groucho), entre muchos otros personajes cuyas historietas dejaban entrever un atisbo de crítica y compromiso social.

Eguillor, sin duda, marcó su impronta en medios como “Triunfo”, “Egin”, “Diario 16”, “El País” y “Euskadi Sioux”, pero sobre todo en la historia del cómic en España. (Texto de Inma Flor en Yorokobu)

Sus principales personajes

Miss Martiartu

Mari Aguirre

La abuelita

Max Bilbao

El hombre del paraguas
Potolos

Sus huellas en la Villa

Cartel

Eguillor fue el autor del cartel de la primera Aste Nagusia del año 1978 que supuso el inicio de una forma de concebir las fiestas que rompían con lo que había hasta ese momento.

El Ayuntamiento decidió en el año 2016 inmortalizar el cartel con un mural de cerámica realizado por Jose Sainz de Ocariz ‘Jota’, situado en la fachada de la antigua Laboral Kutxa, hoy Hotel NYX, en la confluencia entre la calle Correo y El Arenal, que reproduce el primer cartel de Aste Nagusia de 1978.

Mural

Por iniciativa del Ayuntamiento, en el año 2018, se coloca este mural con el título «El Bilbao de Eguillor» obra de José Ibarrola en una de las entradas de la Plaza Nueva (la de la calle Correo)

Pañuelo de fiestas

El lapicero de Eguillor puso un toque surrealista al escudo de Bilbao, cubriéndolo con boina y poniéndole piernas, y el pañuelo de fiestas, de color azul Bilbao, estuvo listo para la cita de agosto. En 2012, 34 años más tarde Bilboko Konpartsak rescata el pañuelo original, y reconvierte el diseño del escudo con boina en pin y en cabeza de la cuadrilla de cabezudos que animará los pasacalles de las fiestas de Bilbao.

Escudo

También se ha realizado un Cabezudo con este escudo tan peculiar

Cabezudo

o el pin

Pin

Premio Internacional de Poesía Visual

El Premio Internacional de Poesía Visual Juan Carlos Eguillor, instituido por la Asociación de Escritores de Euskadi /Euskadiko Idazleen Elkartea, reconoce el trabajo de poetas, diseñadores, fotógrafos, pintores y artistas relacionados con la poesía y la imagen.

Lo que nació como un proyecto ilusionante de un grupo de poetas vascos, se está convirtiendo en un ambicioso movimiento colectivo que a través de metáforas, belleza e ingenio, hace visibles realidades y sueños escondidos.

La agudeza de su mirada, la ironía con la que enfocan su entorno y la sensibilidad de sus propuestas, evidencian las contradicciones de la sociedad moderna e invitan al espectador a la reflexión o a la sonrisa.

La poesía visual nos hace más libres, más rebeldes y más lúcidos. Por ello les invitamos a que disfruten de esta muestra, que es un placer para los ojos y el alma. (María Eugenia Salaverri Presidenta de la Asociación de Escritores de Euskadi)

Cine Club FAS

El Cine Club Fas es una asociación cultural sin ánimo de lucro, creada en Bilbao, en 1953 por un grupo de aficionados al cine, en pleno auge del asociacionismo cinéfilo. El Cineclub Fas es el cineclub más antiguo de España y de Europa con una programación estable e ininterrumpida. Tuvo su primera ubicación en el salón San Vicente, trasladándose posteriormente a la sala El Carmen, en Indautxu. A lo largo de su existencia ha reunido, en sus encuentros semanales con el público de la Villa, a un nutrido grupo de realizadores, intérpretes, guionistas y productores, además de críticos de cine, historiadores y personalidades de la cultura.

La historia del movimiento cineclubista se remonta a los años veinte del pasado siglo, cuando las vanguardias europeas y la crítica cinematográfica se interesan por la construcción de una nueva mirada asociada a la reivindicación del carácter artístico del cine y de un nuevo espectador, alejado de los convencionalismos heredados de la tradición teatral. En esta época, teóricos del cine como Louis Delluc o Ricciotto Canudo animan la creación de cineclubes en los que realizadores, críticos e intelectuales pudieran reunirse para intercambiar conocimiento y abordar los temas de debate en el medio cinematográfico. En pocos años, estos círculos cinéfilos se abren a grupos de espectadores interesados por tener acceso a películas que no llegaban a estrenarse por su carácter vanguardista, experimental o poco comercial. En España, Luis Buñuel y Ernesto Giménez crean el primer cineclub en 1928.

Curiosidades

1. La encíclica del Papa Pío XII sobre el «Film Ideal» fue el motor principal del desarrollo del Cineclub FAS en una época tan difícil para el asociacionismo, por las limitaciones impuestas por el régimen franquista.

2. El Obispo de Bilbao en la segunda mitad de los años 50, D. Pablo Gurpide, exigía a los sacerdotes que asistieran a las sesiones del FAS, e incluso impuso sanciones a los que dormitaban o se marchaban durante la proyección.

3. El artículo primero de los Estatutos iniciales exigía «mantenerse al margen de toda cuestión política y desenvolver sus actividades en completa sumisión a nuestra Santa Madre la Iglesia y leal adhesión a nuestra España».

4. Durante los primeros años existía un asesor moral, que censuraba las películas y los coloquios.

5. Durante los años de la dictadura era imprescindible el aval de dos miembros del FAS para obtener el carné de socio del Cineclub.

6. Durante la dictadura se realizaron proyecciones de películas prohibidas, como «El acorazado Potemkin» y «Octubre», esta última con la asistencia del máximo representante del gobierno español en Bilbao, a título personal.

7. En las proyecciones y coloquios de la época franquista se recuerdan fortísimas discusiones con alto contenido político e incluso interrupciones de películas.

8. Ningún acontecimiento histórico, incluido el golpe de estado del 23 de Febrero de 1981, que coincidió con jornada de proyección, ha conseguido suspender nuestras sesiones ni coloquios.

Desde sus inicios han sido socios o asiduos espectadores del Cineclub FAS la mayoría de los cineastas, periodistas o profesores de cine vascos: Pedro Olea, Enrique Urbizu, Álex de la Iglesia, Luis Marías, Pablo Berger, Ernesto del Río, Javier Rebollo, Juan Ortuoste, Santos Zunzunegui, Paulino Viota, Antton Merikaetxebarria, Alberto López Echevarrieta, Oskar L. Belategui, y otros.

En el año 2004, recibe sendos premios en reconocimiento a sus 50 años de Historia en la XIV Gala de los Premios de «El Mundo» del País Vasco y en el Festival Internacional de de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao (ZINEBI).

En el año 2000, el espacio «La noche más corta», de Canal+ selecciona al FAS como una de las tres entidades más importantes de todo el estado en la difusión de cortometrajes.

En el año 1996 se adoptan profundos cambios para evitar la desaparición del Cineclub, como el cambio de logotipo y la inauguración por parte del director y productor José Luís Cuerda de un ciclo de sesiones denominadas «Foro del Cine y de la Imagen de Bilbao», que se han venido desarrollando con la presencia tanto de los autores de las películas como de otras personalidades relacionadas con el mundo del cine.

En el año 1952, el 31 de Octubre, se desarrolla un Ciclo de Conferencias llamadas «Preparatorias a las sesiones del Cine FORUM», que pueden considerarse el germen del Cineclub FAS, fundado durante el curso 1953-54, con sus primeros estatutos fechados a 30 de Septiembre de 1954.

En el año 1956, del 3 al 7 de Octubre, se celebra en la sede del Cineclub FAS en Bilbao la I Reunión Nacional de Cine-Clubs, de la que surge la Federación Nacional de Cine-Clubs.

En el año 1959, impulsa y colabora en la fundación del ZINEBI, Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao, donde entrega cada año el «Premio a la Innovación Cinematográfica».

En el año 1978, firma un convenio con el Ministerio de Cultura para la difusión del cine, algo excepcional para una asociación de estas características.

En el año 1983, organiza una semana de cine pro damnificados de las inundaciones de Bilbao.

En el año 1994, recibe el premio a la «Mejor labor de promoción del cine» en la IV Gala de los Premios de «El Mundo» del País Vasco.

El cineclub Fas ha alimentado la cantera de cinéfilos y cineastas de Bilbao, gracias a la calidad de su programación, a la apuesta por el cine en versión original y a la animación de coloquios y debates en torno a las diferentes facetas de la creación, la realización y la recepción cinematográfica. En su propósito de complementar la oferta cinematográfica de la Villa, el Cineclub Fas ha desarrollado una intensa labor de reposición de grandes clásicos y ha tratado de que las películas proyectadas cuenten con la presentación por parte de sus propios autores, de tal forma que el público tenga acceso a la perspectiva de los realizadores sobre los diferentes aspectos de la práctica fílmica. En su vertiente formativa, el Cineclub dispone de una nutrida biblioteca sobre contenidos cinematográficos, además de ofrecer servicios de asesoramiento a entidades, cinéfilos e instituciones.

En los últimos años el Cineclub Fas ha intensificado su colaboración con otros festivales cinematográficos de Bilbao, como ZINEBI, Zinegoak o el Fant, así como con la Muestra de Cine realizado por Mujeres, la Asociación de Guionistas Vascos o la programación cultural de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. (Texto de Eneko Lorente en Bilbaopedia y de la propia web del FAS)

Teatro Campos

El Teatro Campos Elíseos Antzokia, popularmente, El Campos y la Bombonera de Bertendona, es un teatro ubicado en la calle Bertendona . Inaugurado en el año 1902.

Su construcción data de principios del siglo xx, entre los años 1901 y 1902, en plena expansión del ensanche bilbaíno en base al proyecto del arquitecto local Alfredo Acebal. El teatro fue erigido a instancias de su primer propietario, el empresario Luis Urízar Roales, hijo del prohombre bilbaíno Luciano Urízar Echevarría.

En el edificio destaca su fachada diseño del vasco-francés Jean Batiste Darroquy, ricamente decorada, que es la referencia exterior de esta pieza importante de arquitectura modernista en el País Vasco. El teatro está catalogado como Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento.

Siguiendo los planos de Alfredo Acebal, el 3 de mayo de 1901 daba comienzo su edificación sobre los terrenos que entonces ocupaban los Jardines de los Campos Elíseos (desaparecidos a mediados del siglo xx), siendo inaugurado el teatro un año después, el 7 de agosto de 1902. El diseño de Acebal se complementó con el que hizo Darroquy para la fachada principal. Todo ello en el más puro estilo modernista con decoración «art nouveau» en la que destacan las cerámicas del eibarrés Daniel Zuloaga.

El diseño original fue cambiado por su autor antes de acabar la obra. Años después, en 1920, Félix Agüero construyó una nueva escalera de acceso que en 1943 sería cambiada por otra junto a la reforma de los accesos de público realizada por Manuel Cabanyes, al haberse vendido el espacio de la escalera imperial de acceso al primer piso y del vestíbulo o foyer. También se demolió todo un pabellón para conseguir tres nuevas alturas.

El elemento externo más relevante es la fachada principal, por la cual recibe el apelativo de bombonera. En ella destaca el gran arco de herradura de resonancias orientales que circunscribe las puertas de acceso del público. Muy decorada con muchos motivos naturistas, con animales fantásticos y estilizaciones vegetales, incorpora aplicaciones cerámicas con motivos mitológicos. Es obra del vasco francés Darroquy y las cerámicas son de Daniel Zuloaga.

La fachada está realizada en hormigón portland que se importó desde Inglaterra. Los elementos de hormigón se anclan en un muro de ladrillo. De esta forma su realización es independiente del resto del edificio.

En abril de 1978 una bomba puesta por ETA militar en el patio de butacas causó grandes daños al teatro. ETA intervino con esta bomba en el conflicto laboral que mantenían los trabajadores del teatro con sus propietarios, la empresa Trueba, los cuales mantenían una huelga de dos meses de duración. Los arquitectos Rufino y Pedro Basáñez realizaron las obras de reparación tendentes a conservación y restauración del edificio que se reinauguró en agosto de 1980.

Durante algún tiempo, el década de los años 90 del siglo xx, fue sede de la Orquesta Sinfónica de Bilbao. En 1991 lo adquirió el ayuntamiento de Bilbao y en el año 1994 el ayuntamiento encargó a Jesús Aldama Echebarría obras de consolidación del edificio de carácter estructural para resolver dos problemas graves: las filtraciones del agua de lluvia a través de los muros y la estabilidad de la estructura. La solución aportada por Aldama fue la de realizar una nueva cubierta que «cosiera» el edificio. Estas obras se realizan entre los años 1995 y 1997.

Se rehabilitó la fachada en 1997 y quedó pendiente, por problemas presupuestarios, el interior. En el año 2002 se trató de nuevo de la recuperación del edificio.

En el año 2003 la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) firmó un acuerdo con el ayuntamiento de Bilbao para la restauración y rehabilitación integral de teatro. En él, el ayuntamiento y la SGAE participaban al 50 % del teatro quedando la gestión en manos de la Fundación Autor, de la SGAE, por un plazo de 30 años a cambio del pago de un canon.

La reforma fue proyectada por la Fundación Labein y la realizó el Gabinete de Arquitectura del Ayuntamiento de Bilbao junto a un arquitecto delegado por la SGAE. La reforma integral del teatro respetaba el estilo arquitectónico y la decoración original, pero incrementaba espacios y volúmenes y actualizaba todas sus dotaciones e instalaciones para las más modernas técnicas representativas.

La remodelación hace pasar al teatro de tener 5000 metros cuadrados a 7300, incrementando la altura del edificio e integrando un edificio de viviendas contiguo. El coste total se ha situado en 27 millones de euros.7​ Tras varios retrasos en el proyecto, el 11 de marzo de 2010 se inauguró el «Teatro Arteria Campos Elíseos Antzokia» integrado en la red de espacios escénicos Arteria, dependiente de Fundación Autor de la SGAE.

El 15 de agosto de 2017 se anunció el traspaso de la explotación del teatro a la empresa de nueva creación formada por Clece, encargada de los Teatros del Canal y el Auditorio del Escorial; y el Grupo Marquina, que lleva el recinto del mismo nombre y el Príncipe Gran Vía, a expensas de obtener el visto bueno del Ayuntamiento.

La nueva sociedad gestora es Klemark Espectáculos Teatrales. El teatro sale de la red Arteria y se vuelve a denominar Teatro Campos Elíseos Antzokia. (texto de la Wikipedia)

Imagen de todocoleccion