Taberna Taurina

En la calle Ledesma y durante 52 años existió una taberna de espacio reducido, apenas 30 m2, que a pesar de su incomodidad era un referente de casticismo en la villa

Lo inauguró Vicente de Godos, en el año 1962, gran aficionado a los toros y recientemente fallecido. El local cerró sus puertas en el año 2014 como consecuencia del fin de las rentas antiguas.

Actualmente existe, en el mismo sitio, otra Taberna Taurina 2 pero que nada tiene que ver con el mítico local.

Sus bocatas (y medios bocatas), con (o sin) divisa, eran todo un referente.

Calzados Alonso

Cristina Alonso, propietaria de este comercio bilbaíno, es la 3ª generación de este comercio que comenzó su aitite, Vicente Alonso.

Su escaparate de mármol denota elegancia, antes de entrar. Es una tienda de estilo inglés, que mantiene el mobiliario original de aquella época. Una lámpara espectacular y cajas de zapatos de color verde, repartidas por todas las estanterías.

«Calzando al hombre desde 1940«. Esta es la filosofía de la firma Alonso, que desde que abriera sus puertas, permanece como la única zapatería de Bilbao especialista en calzado de caballero.

Alonso presenta a sus clientes una selección de las más prestigiosas marcas, muchas de ellas en exclusiva. Su local en Astarloa 2, se trata sin duda de una visita obligada para los amantes del calzado de alta gama.

Rimbombín

El Rimbombín irrumpió en Bilbao en 1931 como un café con billares y futbolines. Sin embargo, el olfato hostelero de su dueño, Teodoro García, convirtió este establecimiento de la parte alta de Hurtado de Amézaga en una de las mejores barras de marisco. Posteriormente lo regentó Joaquín, uno de sus hijos, sin olvidar a Santi Reguillón, una leyenda en el arte de abrir ostras. Sus últimos gestores han sido Sarlinga y Leire Carro hasta su cierre definitivo en el año 2021 tras 90 de actividad

En 2006, al reconocimiento popular, el Rimbombín sumó la ‘B’ de Ilustre por parte del Ayuntamiento de Bilbao, que valoró su «buen hacer»

Obtuvo el Certificado de Excelencia de la web internacional Tripadvisor en 4 ocasiones, 3 de ellas consecutivamente (2015, 2016 y 2017) que reconoce a los negocios de hostelería que proporcionan un Servicio y Calidad Excelente de manera constante.

Librería Cámara

Es la librería más antigua de Bilbao. Comenzó el negocio Teófilo junto a su Mujer María hallá por el año 1926 ubicada inicialmente en San Francisco.

De ahí pasó a Jardines de Albia hasta que en el año 1934 se traslada a su actual sede en la calle Euskalduna.

Tras el fallecimiento de Teófilo y Maria se hacen cargo de la librería Javier y Ángel a los que sucede Santi junto a su mujer Mª del Carmen Tobalina. En la actualidad la regenta el hijo de estos últimos, Javier que es la tercera generación.

En el año 2019 se les concedió el premio ‘El paraje bilbaíno’, instaurado por Konpartsa Moskotarrak, en reconocimiento a todos los miembros de una saga familiar.

Cámara se mantiene, según Moskotarrak, como referente «casi en solitario» de las clásicas librerías cuyos profesionales no son «simples vendedores», sino auténticos apasionados de la cultura a los que poder consultar «cualquier aspecto relacionado con su trabajo». El galardón reconoce el «mérito» de un comercio que ha conseguido mantener y consolidar su actividad original a lo largo de casi un siglo de vida.

Son negocios ligados a la historia de la villa, aunque resulta obvio que no atraviesan su mejor momento. Cámara lo tiene asumido, pero tampoco puede quejarse. Mantiene en nómina a cuatro empleados y ha reinventado el negocio al diversificar la actividad y acompañar la venta de los últimos lanzamientos editoriales y rarezas que solo despacha su local con la organización de talleres de escritura y poesía, exposiciones de fotografía, catas de vino…

Librería Cámara ha sabido, mantener el tipo. En vez de ofrecer los típicos bestseller, que también figuran en sus estanterías, ha apostado por «otra literatura» que suele escapar al control «casi total» de las grandes cadenas de distribución y plataformas digitales. Se ha especializado en la venta de libros de ensayo, filosofía, política, historia, economía, fotografía… Sin olvidar el encantador diseño de su establecimiento, con los libros colgando del techo que tanto fascina a los niños que se acercan de la mano de sus padres. Un negocio que, pese a los peores presagios, mantiene una actividad comercial con muchos capítulos todavía por descubrir. (Texto de Luis Gómez en el Correo)

Genaro Pildian Urraza

Genaro Pilain Urraza nace en Arakaldo, en uno de los caseríos que salpican uno de los municipios más pequeños de Vizcaya, poco más de un kilómetro cuadrado, en el año 1931 y su historia va unida como un solo ser a la historia del Restaurante Guria.

En Arakaldo la familia tenía una taberna pero, a mediados de los cuarenta, dejaron la taberna que habían regentado desde 1922 y se marcharon a Bilbao, en cuyo casco viejo, calle Barrenkale Barrena, abrieron en 1948 otro local, el Guría, famoso desde el principio por los guisos de Isabel Urraza, la madre de Genaro Pildain. Aquella tasca de la calle de Barrenkale Barrena se convirtió pronto en la catedral de la gastronomía bilbaína a la que peregrinaban los aficionados a una cocina tradicional, basada en los bacalaos al pil-pil, a la vizcaína y club ranero, los chipirones o la merluza en salsa verde.

Cuando Genaro toma las riendas, lo hace hasta el año 1983, año de las inundaciones y consigue afianzar el prestigio del local tanto a nivel local como nacional. El Guria era también conocido como La Escombrera, el Castellana Hilton o el Palace «por la calidad, la forma o el ambiente que había»

El establecimiento abrió sus puertas en 1948 como Restaurante Guria. Se tomaron para su decoración elementos de la catedral de Bayona, como las mensulas y vigas de madera; un confesionario, rejas y un fresco de Marrique al buen comer y al buen beber; ventanas de piedra de la catedral y mural del exterior de madera (fachada catalogada) que aún se pueden observar en el establecimiento. En 1968 complementó su actividad de restaurante con la de sala de baile y modificó su nombre al de Guria Kabi

Guria entró en la primera división de la alta cocina en 1978, año en el que la guía francesa le premió con un distintivo neumático que ostentaron hasta 1989.

Con Juan Mari Arzak y Patxi Bericua, puso en marcha el proyecto de la Taberna del Alabardero en 1974 en Madrid, una iniciativa del sacerdote Luis Lezama para ofrecer un oficio a jóvenes sin recursos, que hoy se ha convertido en un pequeño emporio hostelero, con ramificaciones en Sevilla, Marbella y hasta Washington.

Además, Genaro Pildain recibió en 1965 la medalla al Mérito Turístico y en 1979, el Trofeo Internacional de Turismo y Hostelería. Fue galardonado con el Premio Nacional de Gastronomía en 1981 y con el premio al mejor cocinero, Gorro de Plata, por la Consejería de Cultura del Gobierno Vasco en 1994

A partir de 1983 se trasladan al nuevo local de la Gran Vía 66 donde ha permanecido hasta su cierre.

Si algo ha dado pedigrí al Guria y a Genaro ha sido el bacalao, materia en la que fue un referente a nivel nacional. «Hacía siempre la misma cocina, muy tradicional, pero muy bien hecha. Era de lujo».

Genaro falleció en el año 2004 tomando las riendas Iñaki Rodrigo y su esposa Janire Pildain, hija de Genaro, aunque ya lo venían haciendo desde hace unos años.

Hasta el año 2018 en el que cierran sus puertas de forma definitiva.

Lotería La Cruz

La administración de Lotería La Cruz fue fundada en 1907 por D. Saturnino Gómez Murga, después continuó durante más de 40 años su hija María del Carmen y en la actualidad su nieta María Jesús. 3 generaciones de la misma familia, que han continuado repartiendo con ilusión miles de premios entre su clientela, siendo la administración de lotería más antigua de Bilbao

Situada en el mismo lugar desde su fundación, en la casa palacio blasonada de Larragoiti cuyo origen se remonta al siglo XVII en el corazón del Casco Viejo de Bilbao, frente al Museo Arqueológico y Etnológico Vasco y de la Iglesia de San Juan, en la calle De La Cruz 1, que tomó su nombre del convento que se levantaba en la proximidad.

En la fachada que da a la primera de las calles, en su centro, y a la altura del piso principal, se halla situado el escudo familiar compuesto por cuatro cuarteles en los que campean las armas de otros tantos linajes: el propio de Larragoiti y los de Leurea , Onzolo y Mendiola (Texto ampliado de su web)

Víctor Montes

Este local data del año 1849 y comenzó siendo un local de ultramarinos. Es en 1931 cuando se hace cargo del local Víctor Montes y continua con el negocio, trayendo de ultramar comestibles selectos: chocolates, especias, vinos, porque aquí solo se encontraban productos autóctonos. Su sobrino, el actual Víctor Montes, nació en el piso de arriba de la tienda y se crió en aquel mostrador. Lo mandaron a estudiar fuera, pero tenía espíritu de tendero y volvió para continuar con el negocio de su tío.

Pero en 1983, el año de las inundaciones hace que haya que remodelar el local y surge el Víctor Montes tal como lo conocemos, bajo la batuta de Víctor Montes (sobrino) y su esposa Rosa Diego, imprimiendo un giro radical al negocio y se volcaron en los pintxos. Dividieron el local en dos ambientes. La planta baja, además del bar, albergó unas cuantas mesas siempre abarrotadas, donde los comensales daban buena cuenta de surtidos de ibéricos, ahumados, quesos y ventresca de bonito, mientras que el piso de arriba se reservó como restaurante.

Víctor y Rosa en el 2016

El restaurante se ha posicionado como un referente de la cocina del País Vasco convirtiéndose en una parada obligatoria para aquellos que visiten nuestra ciudad como ya han hecho personajes ilustres… como el príncipe Alberto de Mónaco, Oliver Stone, Jeremy Irons, Bono, The edge… que se han acercado a degustar y contemplar este restaurante.

El 3 de octubre de 1997 en el Restaurante Víctor Montes tuvimos el inmenso placer de albergar la firma del proyecto Guggenheim de Bilbao con el propio Gehry, Thomas Krens y Vidarte sentados en la mesa, un acontecimiento que inició el cambio de nuestra ciudad al Bilbao de hoy.

Víctor y Rosa continuaron hasta el año 2016 en el que lo vendieron al grupo hostelero de Félix Parte que continua con el mismo estilo.

Mención aparte merece el famoso txoko del Víctor Montes reservado a privilegiados con pedigree y de donde se cuentan historias y más historias que bien merecerían un libro de susedidos

Calzados Bizkarguenaga

Este comercio se inició como alpargatería allá por el año 1930 aunque ya trabajara en el tema desde 1910. Actualmente esta la 3ª generación con Unai Bizkarguenaga al frente desde hace 7 años.

Ubicada inicialmente en la calle Somera haciendo esquina con el cantón donde lucía una colorida persiana

Hasta septiembre de 2020 en el que se trasladan a Artekale 14 manteniendo su gigantesca y característica alpargata en la entrada

Cada día es más difícil sobrevivir para este tipo de comercio y lo hace gracias a la clientela de toda la vida y la vuelta de la alpargata. Cosa que esperamos siga haciendo durante muchos años, y que por lo tanto, nos ofrezca la posibilidad de ver a esa alpargata gigante convertirse en centenaria. La zapatería Bizkarguenaga cuenta con alpargatas, abarkas, patukos de nobuck y botas de cuero cosidas a mano, de las que algunas hemos vestido en otra época.

Sus escaparates lucen los modelos de siempre, modelos que ya es difícil encontrar en otras zapaterías. Por dentro todavía recuerda a las zapaterías de antaño. Ésas en las que los bancos estaban forrados en piel y debajo de los cuales se amontonaban las cajas de zapatos. Cajas y cajas por todos los rincones del establecimiento, desordenadas a simple vista, pero perfectamente organizadas en la cabeza del zapatero.

Un símbolo de los tradicionales comercios del Casco Viejo de siempre, muy lejos de las grandes marcas y las cadenas, pero que siempre gusta recordar y visitar de vez en cuando.

Cafetería Monterrey

El viaje de este clásico de la restauración bilbaína se remonta a 1952, y no empieza en un tren sino en un barco. Dionisio Lasa, marmitón del buque mercante Monte Udala, se asocia con su capitán para echar el ancla en la Gran Vía de Bilbao. Al principio se pone el delantal para cocinar él mismo el gran recetario vasco, pero pronto su carisma personal y su don de gentes le llevan a salir de los fogones para ejercer de maitre y relaciones públicas. El éxito es instantáneo y el Monterrey –bautizado en honor de la ciudad mejicana donde su hermano regentaba la Casa Vasca– se convierte en el comedor predilecto del distrito financiero. Después llegarían el Matxinbenta, o la cafetería Albia, haciendo de Dioni Lasa el patriarca de una saga que marcó época en la hostelería de la villa. Elegancia atemporal

En estas seis décadas la casa, ahora en manos de su hijo Ion, se ha mantenido siempre fiel al espíritu del fundador. Pero eso no significa que el Monterrey sea un reducto para nostálgicos. Su cocina mantiene intacto el nivel de excelencia, pero además ese recetario de estilo clásico que bordan Raquel Revuelta y Manu Jugo vuelve a estar hoy más vigente que nunca. La elegancia atemporal de una decoración que imprime carácter también ayuda a que el establecimiento permanezca al margen de las modas. Tan ajeno a las tendencias que vienen y van como su soberbia merluza a la romana. Probablemente la mejor de Bilbao, que es casi como decir del mundo. Su rebozado es impecable y el pescado, de tal calidad que ‘llora’ al caer en la sartén. A partir de ahí pueden confeccionar la comanda según sus apetencias, aunque la verdura debería ser irrenunciable. Y no sólo por la menestra, que goza de merecida fama, prueben también las alcachofas o el cardo, ahora que estamos en temporada. Después nos inclinamos por alguna de esas recetas en peligro de extinción que ya solo ofrecen mesas con solera. Memorables los riñones de cordero al jerez, coronados por algo tan demodé como un huevo duro pasado por la plancha. Una delicia que hoy puede resultar poco atractiva escrita en la carta, pero que en la mesa proporciona un placer casi infantil. No dejen de probar su célebre salsa vizcaína, ya sea acompañando caracoles, sesos o los extraordinarios callos y morros que rematan nuestro menú. Ojalá el viaje de este exquisito vagón no se termine nuca (Texto de Guillermo Elejabeitia en el Correo)

En la actualidad la Cafetería-Restaurant Monterrey forma parte del Grupo Bilbao Berria.

Farmacia Somonte

Es una de las más antiguas de las que actualmente continúan abiertas en Bilbao (anterior a 1850), habiendo permanecido, además, generación tras generación (7 en total) en manos de la misma familia. Según los documentos históricos que la familia posee, el origen de dicha farmacia se sitúa en la Anteiglesia de Deusto y en años posteriores se traslada a la calle Correo, donde está actualmente. El fundador de esta saga de farmacéuticos fue Justo Somonte Martínez, que en 1837 aparece como farmacéutico en el Archivo Foral. El documento más importante sobre la antigüedad de esta farmacia —de 1862— es el de venta de la botica a su hija Petronila, casada con el farmacéutico Miguel Diego Ortiz.

Continúan la saga Justo Diego Somonte, impulsor de tertulias de ambiente liberal y fundador, entre otros, de la Sociedad Bilbaína y la Academia de las Ciencias Médicas; y el hijo de éste, Justo de Somonte Iturrioz, colaborador del Periódico “La Noche” y Alcalde de Bilbao durante 5 meses. En 1944, se hace cargo de la farmacia Ramón Pariza Somonte, quien se jubila en 1983, el mismo año en que las inundaciones dejan inservible el local. Dos años más tarde, vuelve a abrir sus puertas bajo la titularidad de Mónica Pariza Gómez-Rubiera Somonte. La Botica era conocida por sus productos, una fórmula para la piel, un remedio para las llagas y las úlceras de decúbito, “Los Polvos del Perú”, así como el “Jarabe de hijos Somonte” contra el estreñimiento. A pesar de las inundaciones de 1983, conserva libros antiguos, como el “Tratado de Farmacia” de 1823, la “Farmacopea” de 1762 y diversas obras de los siglos XVIII y XIX.

En el periódico BILBAO se entrevistó, en 2015, a Mónica Pariza, “que cumple este año tres décadas al frente de la Farmacia Somonte, ubicada en el número 4 de la calle Correo. Con ella son ya siete las generaciones de farmacéuticos de la misma familia que regentan este establecimiento centenario, reconocido como “Ilustre de Bilbao” por el Ayuntamiento de la villa en el 2007″

«La farmacia es centenaria y llevamos ya siete generaciones familiares regentándola. Yo me incorporé en agosto de 1985, así que cumpliré 30 años éste año. En el año 2007 tuvimos el grato honor de recibir de manos de nuestro querido alcalde Iñaki Azkuna el nombramiento de “Ilustre de Bilbao”, por ser centenaria y una de las más antiguas de la villa».