Hotel Excelsior

En Bilbao no solo hemos tenido un Hotel Excelsior, sino 2 y los dos de postín

Plaza Nueva

Primero se llamó Gran Hotel Vizcaya entre 1901 y 1918, después Gran Hotel Palace (1919-1923) y finalmente Excelsior, un nombre rimbombante muy popular entre los hosteleros de aquella época. Fue inaugurado en 1923 por la sociedad Pérez Yarza Hermanos, empresa familiar dueña de un emporio hostelero que incluía el Café Boulevard, el Bar Carabanchel, el bar del Arriaga y Cervezas La Salve. Lo renovaron a todo trapo con «habitaciones pintadas al esmalte, teléfonos en todas las habitaciones y ascensor y calefacción central». En prensa se anunciaba como el hotel bilbaíno mejor situado, el de mejor confort y el único con la recepción, oficina, cocinas y comedor para 150 personas en la planta baja. Con sesenta habitaciones y cuarenta cuartos de baño constituía un lujazo de hotel y la máxima expresión del refinamiento moderno.

En el Excelsior se celebraron bodas, banquetes y fiestas por todo lo alto, como la recepción triunfal a Unamuno tras su exilio francés en 1930. Poco sabemos de lo que realmente se comía en sus mesas, aunque lo más probable es que los inspectores Michelin quedaran prendados por la alta cocina de inspiración francesa que se estilaba entonces en los hoteles de lujo bilbaínos como el mismo Excelsior o su competidor más directo, el Carlton (inaugurado en 1926). El excelso Excelsior cerró en 1933, tan sólo diez años después de su apertura, y el edificio fue adquirido por el Banco de Bilbao para ampliar sus cercanas oficinas.

Puede que nuestra primer estrella Michelin fuese fugaz, pero al menos a partir de ahora ustedes recordarán que ahí, tras la fachada del reloj de la Plaza Nueva, donde está ahora Euskaltzaindia, brilló brevemente la mejor cocina bilbaína. (Ana Vega en el Correo)

Hurtado de Amezaga

El edificio de la calle de Hurtado de Amézaga fue construido en 1888 con objeto de acoger la razón social de las entidades: Unión Minera y Compañía Marítima Trasmediterránea hasta que en 1939 fue reconvertido en hotel

El Excelsior era propiedad de la familia Areilza; en sus últimos años de vida (más o menos en los días en que Julio Salinas, el padre de los futbolistas, trabajaba como empleado de la recepción…) era la condesa de Rodas –hermana de José María Areilza– su propietaria; ésta, al no permitir ninguna obra de modernización de sus deterioradas instalaciones, provocó la clausura definitiva el 30 de noviembre de 1988.

Tras su cierre en fue totalmente rehabilitado y el 13 de mayo de 1996 inaugurado como sede administrativa de las Juntas Generales de Bizkaia.

Hoy en día en la sede bilbaina de la que les hablo existe una sala donde se reúne la mesa de las Juntas Generales. Cuentan que fue Antón Aurre, segundo presidente de la institución, quien inició la impresionante colección artística que hoy alberga, con firmas de Lazkano, Ibarrola, Oteiza o Chillida. Fue un hombre muy sensible al arte y quiso apoyar a artistas, hoy consagrados, que entonces eran desconocidos, adquiriendo sus obras

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