Placas de las calles de Bilbao

Las 4.922 placas de las calles de Bilbao, con marco dorado y fondo azul, en las que figuran los nombres de 915 vías, son únicas. Cada una de ellas es una pieza de artesanía pura. No es fácil elaborarlas porque hay que fabricar un molde por cada una. Pesan unos 20 kilos (para que no se las lleven, aunque alguna ha sido robada), miden 65 centímetros de ancho por casi 70 de alto y están hechas de hierro fundido nodular, que tiene mayor resistencia al desgaste aunque con un costo mayor que el hierro gris.

Las placas son de aquí, de toda la vida, y han sido imitadas por otras localidades, como Balmaseda, Barakaldo o Plentzia. El origen no está claro. Aunque en las inundaciones de 1983 desaparecieron documentos en los que figuraban detalles históricos, se sabe que las primeras se instalaron entre los años 50 y 60 y que quedan pocas de esas, unas 300. Cada una presenta un marco ovalado donde se han colocado dos maceros en la parte superior rodeando el escudo de Bilbao.

El escudo con sus elementos esenciales (los lobos, el puente de y la iglesia de San Antón, la corona y las ramas de laurel y olivo) se ha perpetuado desde 1554 en sellos de cera y plomo, grabados y pinturas, cristaleras, objetos ornamentales, banderas y estandartes. Ha sido esculpido en piedra en fachadas, dibujado en decretos, impreso en miles de documentos y recogido en sellos de correos, medallas, insignias, ordenanzas, libros de heráldica, etcétera. La corona se añadió cuando, en 1475, Fernando el Católico nombró a Bilbao «Noble Villa». Después de los tres primeros sitios de la villa, en 1836-1837, se agregó la rama de olivo en honor de quienes murieron defendiendo la villa. La rama de laurel se incorporó para homenajear a los héroes del cuarto sitio, en 1874.

Ahora, el Ayuntamiento ha sacado a licitación el mantenimiento de las placas, por un importe de 346.000 euros y tres años de duración, que incluye la creación de un nuevo molde para el escudo de la villa según el modelo que se aprobó en 2016. Entonces se decidió que el emblema sería menos ovalado y prescindiría de la corona y de las ramas de laurel y olivo. Eso es precisamente lo que diferenciará a las planchas que se instalen a partir de ahora en sustitución de las deterioradas y las que se coloquen en nuevas calles. Porque «cambiar las más de 2.800 placas que hay supondría un desembolso de más de un millón de euros, y no va a ser posible, será una actualización progresiva», explica la edil de Participación y Atención Ciudadana, Oihane Agirregoitia.

El nuevo contrato de mantenimiento incluye el pintado periódico, cepillado e imprimación de antioxidante de los rótulos. Unos mil se repasarán este año. También se rehabilitarán las placas dañadas por actos vandálicos, así como las que han sido grafiteadas o las que muestran pegatinas. (Texto de Itsaso Álvarez en el El Correo)

Así que toca fijarse si las placas son de las antiguas o de las nuevas

Esta es la primera de las nuevas placas colocadas en la villa para inaugurar el nuevo Paseo El Canal en Zorrozaurre

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