La loca de Arriquibar

En realidad no he encontrado una foto real del personaje y esta, que es la más usada, es en realidad una foto de la artista Lola Herrera que se transformó en el personaje para Antxón Urrusolo

La plaza de Arriquibar es una céntrica plaza de la Villa junto a la Alhóndiga y que fue el escenario de la protagonista de esta historia.

La plaza en aquellos tiempos no era la actual sino esta de las fotografías

En ella se sentaba a diario una señora de nombre Mercedes Lorenzo Souto, (Lugo, 1915), mujer instruida, pues trabaja como secretaria en la oficina que los famosos fabricantes de vermú Martini & Rossi han establecido en la Alameda de Urquijo.

Coincide a menudo con el propietario de un ultramarinos abierto en esa misma calle y se enamoran. Pero cuando todo parece encaminado al matrimonio, el tendero corta las relaciones y se casa con otra mujer.

Mercedes no puede superar el disgusto que esta separación le causa y pierde la cordura. Entonces decide hacer de un banco de la plaza de Arriquibar su campamento permanente, su parapeto desde donde asaltar la fortaleza. La razón reside en que sentada en en ese lugar divisa el ultramarinos de su enamorado.

La lucense se lleva al banco una interminable labor de calceta, como si con ello imitase la eterna espera de Penélope en su particular odisea, y no deja de ser anecdótico que trabaje con lana en la única plaza de la ciudad dedicada a un comerciante de ese ovejuno material.

También da de comer a los pájaros y sonríe a los que pasan.

Pronto Mercedes es conocida en todo Bilbao como La loca de Arriquibar y muchos vecinos de otras zonas se acercan a verla para comprobar con sus ojos los destrozos del amor. Como la mujer comienza a tocarse con sombreros cada vez más llamativos y estrafalarios, que alterna con un turbante verde, también es llamada La loca de los sombreros.

Esta respuesta ante amores imposibles se conoce como erotomanía, pero sólo al final de sus días es hospitalizada, más por razones humanitarias, que por agravarse en su dolencia psíquica.

El lugar es paso obligado para docenas de niños y niñas que estudian en los cercanos colegios de Santiago Apóstol y de El Pilar. La situación cambia de repente el año 1981, cuando el grupo musical más famoso de la ciudad, Mocedades, graba una canción firmada por José Luis Perales que la titula «Le llamaban loca». El hecho de que Mocedades sean bilbaínos, así como la coincidencia en varios pasajes con la historia de Mercedes, no dan opciones a la duda. Perales se está refiriendo a la mujer de Arriquibar y a su historia.

“El mundo fue sólo de los dos y para los dos”, “él se fue”, “ella dejó de cuidar las flores del jardín”, “y los muchachos del barrio le llamaban loca”, “estuve loca ayer, pero fue por amor”… todo parecía coincidir.

Muchos años después, José Luis Perales afirma en una entrevista que la mujer de su canción era una vecina suya de Madrid que enloquece de amor, lo mismo que Mercedes.

El mundo fue solo de los dos

Y para los dos

Su hogar y unas nubes teñidas al sol

En sus miradas amor

En sus respuestas si

Y para su dolor, un solo fin

El se fue

Los cabellos pintados de gris

Ella dejo de cuidar las flores del jardín

Y le decía ven

Tenemos que vivir

Y los muchachos del barrio

Le llamaban loca

Y unos hombres vestidos de blanco

Le dijeron ven

Y ella gritó, no señor ya lo ven

Yo no estoy loca

Estuve loca ayer, pero fue por amor

Y los muchachos del barrio

Le llamaban loca

En el hospital

En un banco al sol

Se la puede ver

Sonreír consultando su viejo reloj

Pensando que ha de venir

Aquel que se marchó

Y se llevó con él su corazón

No vendrá

Él la espera en sus nubes al sol

En ese mundo que ayer

Tan solo fueron dos

En ese mundo que triunfó el amor

Ya da igual, porque en Bilbao nadie se para a discutirlo, especialmente después de que a principios de los noventa el periodista y presentador de Eibar, Antxón Urrusolo, organiza con la actriz Lola Herrera una puesta en escena de La loca de Arriquibar, que ilustra nuestro cromo de hoy.

De la colección “De Bilbao de toda la vida” de Tomás Ondarre y Jon Uriarte

Se la llevaron de la plaza unos hombres de blanco y fue de un hospital a otro, del de Zaldívar al de Basurto, hasta que por fin recaló en el Aita Menni, de Mondragón, donde gentes amables la cuidaron y donde dejó de amar cuando había llegado a los 81 años. (Texto, adaptado, de José de Cora)

Pero el personaje también ha servido de inspiración, no solo a Perales para la canción, sino a escritores como H. J. Artega para su libro «La maravillosa señora de las boinas (mal llamada loca de Arriquibar)»

O esta artista gráfica, Ane Picaza, que configuró su obra «Atentamente mía»

Una historia que puede llevarnos a la idea de una Penélope contemporánea que teje de día y desteje de noche atrapada en un exilio interior, pero con la diferencia de que en este caso su amor no era correspondido y de que quien se fue no tenía ninguna intención de volver. (Ane Picaza)

Un comentario en “La loca de Arriquibar

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