Café Boulevard

La historia del Café Boulevard tiene varias etapas diferentes

Con el nombre de Café Suizo se inauguro a principios del siglo XIX por Francisco Matossi y Pedro Franconi, ambos de origen suizo, fundan un local cuya entrada era por la  calle Correo.

1871. Se funda el Boulevard como una sucursal del Café Suizo en los bajos del Hotel Inglaterra (solar que acogió la sede Ipar Kutxa y hoy es el Hotel NYX).

1876. El local pasa a ser regentado por Lucía Yarza. Sus hijos, Pascual y Paco, regentarán el café durante los años de la Primera Guerra Mundial, la República y la Guerra Civil.

El 26 de mayo de 1891. Miguel de Unamuno escribe y describe en «El Nervión» de manera impecable el ambiente que se respiraba en las inmediaciones del café y la presencia de gentes diversas que se registraba: “Allí, en el Boulevard, corredores, negociantes, indianos de hilo negro y de hilo blanco; en días de partido de pelota, jugadores y aficionados, mejor dicho, jugador y jugadores, y todos los días vagos que se encuentran porque se citan y otros que no se citan porque se encuentran Allí se cierran negocios, apuestas inclusive y si se dan alguna vez de palos lindamente dos caballeros, es seguro que irían a molerse las costillas al Boulevard”.

El Café disponía de una agradable decoración art-deco de 1929. Tiene una gran riqueza ornamental, a base de pan de oro, estucos, mármoles, unas magníficas vidrieras plomadas realizadas por Luis Lertxundi (Vidrieras de Arte, S.A.), alabastros y bronces de factura original, probablemente adquiridos al término de la Exposición Universal de París del año 1926 y dos pequeños frescos del pintor bilbaíno, Manuel Losada.


Muchas fueron las tertulias que ha albergado el Café Boulevard a lo largo de su historia y eran clientes habituales Miguel de Unamuno, Roberto Capa, José Ortega y Gasset o Vicente Blasco Ibáñez (en este local gestó parte de su novela “El intruso”),

1979. El Café Boulevard declara la suspensión de pagos y cierra sus puertas durante diez años.

En 1989. El local, que ha sufrido con la persiana bajada las inundaciones de agosto de 1983 y un incendio que destruyó el artesonado de la primera planta y algunas vidrieras, reabre sus puertas. Iñaki Aseguinolaza, nuevo propietario, encarga la rehabilitación al arquitecto Juan Carlos Martínez Górriz. 

2006. El Boulevard vuelve a cerrar tras no alcanzarse un acuerdo entre sus gestores y la inmobiliaria propietaria del edificio. La comparsa Moskotarrak recoge 15.000 firmas contra su cierre. La premio Nobel de Literatura austriaca Elfriede Jelinek se suma a las muestras de apoyo con una carta suscrita por más de 3.000 vieneses

2010. El día 24 de marzo se celebra la reinauguración social del café, con la actuación musical de Mikel Erentxun, y el 25 la reapertura al público, que con fidelidad acude pese al justito servicio que ofrecía una plantilla desmotivada por una clara falta de dirección. La reforma de todo el edificio corrió a cargo de la promotora Suquía. La conservación del Café ha sido posible gracias al empeño ciudadano y a la iniciativa de la empresa municipal Surbisa que decidió modificar antes del cierre del local su nivel de protección, para dificultar lo que muchos anunciaban, la conversión del establecimiento en otro tipo de negocio

El local solo se mantiene abierto poco más de 2 años y cierra en el 2012.

2013. El 23 de julio se reabre el negocio pero con un nuevo nombre. Ya no es el Boulevard sino que se llama el «Gran Café El Mercante». Los nuevos gestores son el grupo hostelero bilbaino Gozatu. La aventura dura hasta el año 2018 y desde entonces el local permanece cerrado.

Imágenes anteriores al año 2010

Tras la remodelación del año 2010

Gran Café El Mercante

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