Pierrot

Desde no se sabe cuánto tiempo atrás, esta figura, este pierrot bilbaino, forma parte de la Gran Vía de la villa.

A la altura de la sede central de BBVA, inmóvil, hierática y con una rosa en la mano, no falta a su cita. Es su modo de vida. Haga frío o calor.

Se toma algún pequeño descanso para fumar, sentada en un hueco del banco, un cigarrillo.

Cuando no está nos llama la atención su ausencia porque, al menos durante la última década, se ha ganado el respeto y el reconocimiento de los transeúntes.

Su nombre era Lucía Moreno. Vino desde Barcelona, aunque dicen que era argentina, junto a Manuel, su pareja

Falleció en octubre del 2022 tras estar ingresada en el Hospital de Santa Marina.

Se fue el 18 de octubre de 2022 como había llegado veinte años antes, en silencio, pero el vacío que dejó en el puesto mínimo que había escogido para su actuación como mimo, a la altura del número 12 de la Gran Vía, se notó enorme desde el primer día en que faltó. Todos la conocían pero pocos sabían que se llamaba Lucía Moreno, y aún eran menos los que tenían idea de que era originaria de Zafra, o de que había vivido en París y en Barcelona antes de venir a Bilbao. Y solo los más cercanos sabían lo mejor: que no era una persona triste, «que ese era su papel y lo hacía tan bien que la gente creía que era así, cuando en la vida real no paraba de reírse y transmitía felicidad». En el homenaje poético que se le tributó este sábado, organizado por la Asociación Artística Vizcaína, todos los asistentes que la habían tratado en persona coincidían en este punto: era una mujer muy alegre. Así lo subrayó José Ramón López, presidente de la entidad, que avanzó además una noticia esperada: «A lo largo de 2024 se va a instalar una placa en la acera, en su sitio, como recuerdo y homenaje a la Mimo de la Gran Vía».

Este ha sido el segundo tributo poético que se le hace a esta artista de calle. «El primero fue el año pasado, a pocos días de que ella falleciera», recordó López. Entonces se planteó la idea de pedir al Ayuntamiento la instalación de la placa. A aquel homenaje asistió el marido de la actriz, Manuel, «pero esta vez no lo hemos podido localizar. Él es músico, toca la guitarra, y parece que ha regresado a Barcelona».

El acto fue muy sencillo, entre otras razones porque «a ella tampoco le gustaría algo más grande, era una persona muy sencilla y no le gustaba llamar la atención», como recordaba una de las asistentes. «En alguna ocasión se le planteó salir en algún reportaje, cuando ya se había convertido en un personaje conocido, pero ella no quiso».

López recordó como «el difunto alcalde Azkuna siempre me decía ‘a esta señora hay que hacerle un homenaje, pero en vida ¿eh? no cuando se muera’, y ya ves… Decía que era un personaje típico de Bilbao, de los que le dan vida e identidad a la ciudad, y tenía toda la razón».

En las palabras que pronunció durante el homenaje, y tras destacar «la gran noticia» que es la instalación de la placa, López explicó que «Lucía Moreno interpretaba al personaje de Arlequín, con una rosa y en silencio, creando una imagen que se quedó grabada en la mente de todos los bilbaínos. Como ya sabéis, en la vida real, sin el maquillaje blanco, era una señora muy alegre y muy jovial, siempre con una sonrisa en la cara». Su marido «decía que era feliz, dicharachera y de muy buen humor». «La homenajeamos con un recitado de poemas –añadió López–, porque en nuestra asociación no sabemos hacer otra cosa que recitar poemas».

La figura de Lucía, menuda y triste, con la rosa en la mano, «contrastaba mucho con la enormidad monumental del banco que tenía a sus espaldas», añadió Keni Orue, una de las participantes que venía de blanco ,«con mi flor y todo», tal y como se había sugerido en la convocatoria. «Es para destacar la dignidad que tenía esta señora. Ella no pedía, solo esperaba.Transmitía todo con muy poco, con el silencio».

Loly Rubio era una de las poetas participantes. «Yo pasaba por aquí a menudo y me encantaba verla. Algunas veces hablé con ella, pero claro, cuando estaba metida en su papel, no tenía que hablar, para eso era una mimo. Era todo un personaje. Se la echa mucho de menos», comentó antes de leer dos poesías. «Esperemos que con la placa no caiga en el olvido», terminó José Ramón López. (Texto de Julio Arrieta en El Correo)

Fotos del Blog Rostros Callejeros

Un comentario en “Pierrot

  1. Pingback: Introducción y listados – Anda, pues de Bilbao, de donde va a ser?

Deja un comentario