Tomasa y Carolina

Hablar de vestidos y trajes de comunión en Bilbao es hablar de Tomasa y Carolina. Fundada en 1884 en el Casco Viejo de Bilbao, la tienda pronto pasaría a ser la referencia en trajes de comunión, arras y bautizos en Bilbao y Vizcaya. Ofrecían la máxima calidad y un servicio que garantizan que estas celebraciones tan especiales resulten perfectas.

Las dos hermanas se convirtieron en definitiva razón social en 1890 y cada una aportó a la nueva sociedad 5.000 pesetas.

Se trasladaron en 1897 a la calle Correo, a la «Casa del Jaspe», propiedad del Conde de Montefuerte, donde se mantuvieron hasta 1980 cuando se trasladan a la calle Sombrerería

En una época en la que la presencia de las mujeres estaba silenciada en los establecimientos, registrados a nombre de sus padres o maridos, las hermanas Tomasa y Carolina consiguieron elevar el suyo al rótulo de una tienda especializada en moda infantil. Fueron una excepción. Cuatro generaciones después, el comercio, fundado en 1884, seguía al pie del cañón en manos de una de sus biznietas, Begoña Castillo, que continúa con esta singular estirpe de comerciantes que han vestido a miles de niños vizcainos para el día de su primera comunión. «Fueron muy innovadoras», reconocía frente al escaparate del local ubicado en la calle Sombrería.

 «La tienda la abrió la madre de mi abuelo, Carolina. Ambas hermanas estaban casadas, pero el marido de Carolina murió muy joven, la mortalidad era aún muy alta, y se crió también con Tomasa», relataba Begoña Castillo frente al negocio. Poco ha trascendido de aquella época, reconoce la comerciante, quien explica que comenzó como un pequeño taller de costura en la calle Libertad. La tienda fue pasando de generación en generación hasta que Begoña, a pesar de estar vinculada al negocio desde hace más de veinte años, tomó las riendas hace poco más de un lustro.

Tras superar cientos de escollos durante más de un siglo, admite que el futuro de la tienda es incierto. «Es un tipo de negocio que no va a más, sino a menos», reconocía ayer, tras rememorar que durante mucho tiempo fue «la única en Bilbao». (Texto de Ane A. Plaza en Deia)

Es una pena pero el `presagio sobre el futuro incierto se ha cumplido y este comercio cerró sus puerta en el año 2019 tras 125 años de historia.

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